Jeremy Cerna. 15 de febrero 2020
“Porque no se puede ser revolucionario sin lágrimas en los ojos
y sin dulzura en las manos.”
Comandante Tomás Borge
Cuando seamos viejos:
Miraremos a los otros con la sonrisa en los labios,
escuchando los gritos, cantos y canciones de nuestros hijos y nietos.
Burlaremos la vejez con nuestros cuentos de antaño.
Hablaremos del amor en tiempo presente
para que sepan que siempre ha estado con nosotros.
Con las caricias de nuestras manos
dibujaremos sonrisas en las caras sucias, melcochosas de nuestros nietos.
Y esconderemos el bombón y la paleta de los adultos
para compartirlo con los otros niños porque también seremos niños,
como siempre lo hemos sido.
Inventaremos historias de los bosques que hablan, los ríos que gritan,
de niños y niñas multicolores, coloridos, paridos de la tierra.
Entonces miraremos el asombro de nuestro pequeño gran público
y todo, cuanto hayamos dicho, será verdad.
Jugaremos con nuestras propias reglas,
haremos trampa con sonrisas serias.
Compartiremos las victorias y las derrotas.
Lloraremos juntos el sufrimiento ajeno, el propio, el nuestro.
Caminaremos lento a paso rápido cansado,
se verá el sufrimiento adormecido en las nostalgias.
Besaré tu boca y nos verán con ternura,
seremos niños con olor a añejo.
Respiraremos hondo y contaremos las mismas historias una y otra vez,
las mismas viejas y nuevas historias con gusto a verdad.
Cuando seamos viejos:
No descansaremos, cansaremos a los demás.
Seremos cómplices de travesuras,
El bombón, la sonrisa, la pelota, la paleta y el secreto
serán nuestras armas contra los adultos
porque seguiremos siendo niños como siempre hemos sido.
Mientras envejecemos:
Procuremos que nuestros hijos
y los hijos de nuestros hijos sigan siendo niños.
Cuando seamos viejos abrazaremos al poema y a la canción
como si uno de los dos nunca se hubiera ido.
Jeremy Cerna
Berlín, Alemania
14 febrero 2020