Dick y Miriam Emanuelsson/Resumen Latinoamericano, 3 de noviembre 2016
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En este reportaje sobre las elecciones en Nicaragua éste domingo 6 de noviembre de 2016, los reporteros Dick y Miriam Emanuelsson ha tomado el pulso al Orlando Núñez Soto, uno de los más interesantes y exitosos asesores políticos del presidente Daniel Ortega. El economista focaliza el papel fundamental que tienen los pequeños productores y agricultores del campo nicaragüense y el papel central y fundamental que tiene la mujer campesina y de la ciudad.
– El mensaje de la Revolución Popular Sandinista es no tratar el pobre como pobre sino como sujeto económico. Ofrecerle un vaso de leche o un pan es ofrecerle el cielo, no es hacer la revolución. Pero si se le ofrecen bienes de capital como un tractor, una picadora, una vaca, cerdos, entonces se está dando el mensaje de que la nueva clase económica del futuro van a hacer economía popular. Es el mensaje más revolucionario de la revolución sandinista. No entender eso, no es hacer la revolución.
La nueva economía popular con la mujer como protagonista
Núñez es un sociólogo y economista y autor de varios libros. Representa el Centro para el Desarrollo, Investigación y Desarrollo Rural, CIPRES. Se le considera como uno de los principales ideólogos del Frente Sandinista y está detrás de muchos de los proyectos más exitosos del gobierno, tales como el Bono Productivo Alimentario o “Hambre Cero”. También fue responsable del programa Nacional de Soberanía y Seguridad Alimentaria en Nicaragua.
El hombre que es asesor político del presidente Ortega fue en su juventud un anarquista y estudió en la Universidad de París a principios de 1970. Pasó las vacaciones de verano en Gotemburgo, segunda ciudad industrial en Suecia, donde barrió y lavó tanques en los buques que entraron al muelle y dique flotante en el astillero de Götaverken donde fueron reparados. Es un trabajo literalmente de mie-a que también era y es peligroso teniendo en cuenta los restos del petróleo y el gas que se despeja en espacios cerrados en los tanques. “Pero estaba bien pagado para ser un estudiante pobre”, dice, riéndose de la memoria.
¿Cuál es su conclusión sobre el hecho de que Nicaragua ha disfrutado de un crecimiento económico ininterrumpido dónde la producción en las zonas rurales ha batido récord en exportación de una serie de bienes y productos?
Enumera la lucha revolucionaria en tres etapas donde la primera era la de eliminar las dictaduras militares. La segunda, cuando la izquierda está legalizada y disputando públicamente la hegemonía, a veces gana y a veces pierde el control de las instituciones pero ejerce protagonismo en la lucha. Núñez considera esta etapa como un avance para América Latina.
– La tercera etapa de lo que yo llamo la Revolución Latinoamericana es cuando la gente comienza tomar los tramos de la economía; la tierra, la producción, el comercio, el crédito, el transporte, las exportaciones. Esta sería la fase definitiva de la Revolución Latinoamericana.
– Y en esos tres campos Nicaragua está a la cabeza. Primero porque botamos una dictadura militar y hacer triunfar militarmente una guerrilla después del triunfo de Cuba en 1959. Entonces nadie pensaba en que, después de la revolución en Cuba en 1959, habría una segunda revolución armada victoriosa.
Pero lo logramos en 1979, dice Núñez, balanceando cada palabra en la extensa entrevista.
Gracias a la revolución, agrega, los pequeños agricultores del país y los pequeños productores tienen un control significativo sobre la economía. Son ellos los que crean más puestos de trabajo. Producen los alimentos y generan la mayoría de los ingresos en divisas extranjeras, las llamadas remesas de los nicaragüenses.
La lucha por la Tierra
Él lo llama la economía popular, la economía que ha sido creada y generada por los agricultores, pescadores, artesanos o empresas familiares que tienen un pequeño comercio o negocio en el barrio. Existe el sector cooperativista del transporte y el sector cooperativista que representa el 40 por ciento del PIB, basado en la producción. La economía popular representa el 60 por ciento del PIB disponible, medido en ingresos. Este sector popular conforma la gran mayoría de los nicaragüenses y tiene más ingresos que la clase burguesa en Nicaragua, afirma Núñez.
- Hay una medida en América Latina sobre el control de la tierra que se divide entre los que tienen 500 manzanas (350 hectáreas, 1 mz=0,70 ha) o más y los que tienen menos de 500 manzanas. La burguesía nicaragüense tenía antes de la revolución el 48 por ciento de las mejores tierras. Hoy, el 80 por ciento de las fincas menores de 500 manzanas está en manos de pequeños productores que representan pequeñas y medianas fincas. Todo el sector del transporte público está en manos de cooperativas. El cuarenta por ciento del café y el noventa por ciento de la producción ajonjolí (semillas de sésamo) está bajo control cooperativo. Por supuesto la producción de maíz, frijoles, vegetales y frutas (están en manos de cooperativas). Es una economía popular que nació en Nicaragua. Pero no aparece mucho en las cuentas económicas nacionales. Allí se registra el PIB, pero pocos saben quién lo genera, sostiene el economista Núñez.
Dice que estos logros fueron el resultado de la reforma agraria de la Revolución y el hecho de que los agricultores eran socios o se organizaron en el ATC (Asociación de Trabajadores del Campo) o UNAG (la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos) que surgieron después de 1979.
Campesinos/as de la ATC y su emblema Foto Dick Emanuelsson.
Ganado en la isla de Ometepe en El Gran Lago de Nicaragua (o lago Cocibolca).
El éxito del proyecto “Hambre Cero”
Más de un millón de nicaragüenses o 150.000 familias dirigidas por las mujeres fueron incorporados en el exitoso programa “Hambre Cero” o el Bono Productivo Alimentario. Núñez fue el encargado de la ejecución. Dice que en Brasil el proyecto entregaba dinero a los pobres para consumo.
Nicaragua eligió una estrategia diferente. El Bono Productivo para la creación de Alimentos era parte del Programa Soberanía y Seguridad Alimentaria en Nicaragua que tenía la tarea de dar capital a la gente. No dinero. Porque el dinero no siempre es capital, puede ser un medio de consumo, dice.
– Se convierte en capital cuando se produce. El principal corazón del programa Hambre Cero es entregarles a las familias productoras medios de capital. Una vaca es un capital porque se reproduce. Los cerdos, las semillas o las gallinas se reproducen. El primer mensaje es no tratar al pueblo como pobre, aunque sea pobre porque lo han empobrecido. Los pobres son los sueltos de la iglesia que siempre dice que “los pobres van al cielo y el rico al infierno”. Si lo tratas como pobre tienes que darle dinero para que compre leche o dársela.
- Lo revolucionario con el Hambre Cero en Nicaragua fue no tratarlos como pobres sino tratarlos como productores, como una nueva clase económica, empobrecida sí pero como una nueva clase económica que se asienta en el trabajo y no en el capital. Es el primer mensaje, dice.
En las ciudades el equivalente de la ayuda “Hambre Cero” para las mujeres fueron los Micro-Proyectos Productivos del programa “Usura Cero”. Es el mensaje de la Revolución Sandinista, el tratamiento de los pobres como sujetos económicos.
Programa Hambre Cero cuando estrenó en el
municipio de Chinandega el 26 de de mayo 2011.
Poder a la “Mujer que da vida”
La mujer es colocada en el centro del proyecto y Núñez se vuelve algo lírico cuando habla sobre el éxito que las mujeres nicaragüenses han tenido desde que comenzó el proyecto. Un elemento clave del “Hambre Cero”, según Nuñez, es confiar en la mujer la custodia de ese capital.
– Porque el hombre, “El Macho”, es un aliado del mercado. “El Macho” es la pequeña clase dominante al interior de la familia. El hombre es equivalente a la clase dominante en la familia. La mujer y su familia son el Pueblo. El hombre, el varón, es el Jefe, es el capataz, instrumento del mercado. Si se le da el dinero, él busca como hacer negocios. Porque él no cree en la producción de alimentos, él cree en el `bisne´. Y siempre pierde. Tiene la costumbre de consumir alcohol o drogas. Pero no tiene la solidaridad que tiene la mujer. Por lo tanto, si queremos crear una economía solidaria, hay que pensar en la mujer.
Núñez dice que cuando el proyecto Hambre Cero y los demás programas fueron objetos de debate después de la victoria electoral sandinista en 2006, las organizaciones feministas exigían que las mujeres nicaragüenses tuvieran que tener un 30 por ciento de todos los escaños. FSLN puso la cifra de 50 por ciento.
– En el caso de “Hambre Cero” dijimos ¡“100 por ciento”! Pero tuvimos muchas críticas porque nos acusaron de ser demasiado feministas. En CIPRES habíamos aprobado previamente un “Hambre Cero” con los hombres. Fracasamos. Convencí al Presidente Ortega para que nos centráramos el proyecto en la mujer. Y fue un éxito.
Cuenta que ninguna de las mujeres socias vendía sus animales o las piezas de material de su proyecto, a excepción de los animales que se habían reproducido y que el excedente se vendía para reinvertir de nuevo.
“Vemos que ella da su cuerpo como rito, que se sacrifica para el pueblo.
La mujer es la única divinidad real que nosotros
vemos que entrega su cuerpo y su sangre a los hijos”.
“La divinidad femenina” y ¡así no se hace la revolución!
Dice que la mujer preocupa en primer lugar para que los niños tengan alimentación, comida. Ella misma es un elemento que transforma su sangre en leche que da de comer a sus hijos.
– Su cuerpo es como el de Jesús, dice y se ríe de la comparación. Vemos que ella da su cuerpo como rito, que se sacrifica para el pueblo. La mujer es la única divinidad real que nosotros vemos que entrega su cuerpo y su sangre a los hijos. Lo otro es simbólico. En el caso de la mujer es una religión real, la divinidad femenina. Entonces logramos que el proyecto Hambre Cero fuera de 100 % para las mujeres, y eso fue el gran éxito.
El proyecto, que era destinada en primer lugar a los más pobres del campo nicaragüense, tenía varias etapas. Consolidando la primera, en donde la familia campesina lograra la producción para su propio consumo y supervivencia de alimentación, se pasó a la segunda, en donde los cooperativistas se organizaron en Caja Agraria y de Ahorro. Pero sin la organización hubiera sido imposible. Más de 150.000 mujeres, cabezas de familia, participaron en el proyecto, por lo que casi un millón de nicaragüenses están incluidos.
Mientras en Brasil el gobierno entregó dinero para el pobre, en Nicaragua la mujer,
como titular y cabeza responsable de la familia recibe “capital” en forma de
animales para la alimentación y supervivencia de la familia en el campo.
– El mensaje de la Revolución Sandinista es no tratar el pobre como pobre sino como sujeto económico. Ofrecerle un vaso de leche o un pan es ofrecerle el cielo, no es hacer la revolución. Pero si se le ofrecen bienes de capital como un tractor, una picadora, una vaca, cerdos, entonces se está dando el mensaje de que la nueva clase económica del futuro van a hacer economía popular. Es el mensaje más revolucionario de la revolución sandinista. No entender eso, no es hacer la revolución.
– Es creer que la revolución se hace solamente con una clase política burocrática en los ministerios. Es uno de los grandes errores de nuestra historia en América Latina, creer que un presidente liberal hace la revolución liberal, solo porque es presidente. O que un Presidente socialista hace la revolución sólo porque es presidente. La presidencia no es mucho. La presidencia muchas veces es compromiso. La revolución siempre se hace desde abajo, con la gente. Y la revolución en definitiva no es ganar las instituciones solamente. Es importante, pero la revolución es ganar la batalla al mercado, ganar la batalla a las burguesías a la oligarquía, subraya Nuñez.
Sostiene que Nicaragua está mostrando que la economía popular ya mueve la economía, que produce gran parte de la riqueza.
– Ese es el principal mensaje y Hambre Cero es en un ejemplo de como cuando tú tienes el gobierno debes seguir en oposición al sistema. Porque unas veces se piensa, que estando en el gobierno se cambia el sistema. ¡No! La izquierda bolivariana puede estar en el gobierno pero si sigues administrando un sistema que no es el nuestro, entonces tienes que seguir en oposición al sistema. Tienes que realizar programas, no asistencialista sino programas económicos. Hambre Cero es un programa económico de capitalización de la fuerza popular y de organización de la gente pero de organización económica porque las mujeres se organizan, no para ir a misa, sino para administrar una Caja de Crédito, para ir a los ministerios a solicitar vacunación para su cerdo, para ir a pedir créditos para mejorar el manejo del animal. La verdadera revolución se hace desde abajo”, concluye Nuñez.
La mujer en ese sentido es un factor revolucionario. No sólo las mujeres que se han organizado en contra de la violencia dentro y fuera de la familia, que es extremadamente importante, sigue el economista.
– Pero lo importante es que la mujer adquiera más poder, que cambie el mundo en la familia, que se haga respetar por su disposición de poseer la capital mientras los hombres son sus “proletarios”, continúa Nuñez su descripción lírica del proyecto “Hambre Cero” y su homenaje a la mujer nicaragüense trabajadora.
“Yo soy la Capitana y tú mi Proletario”, quiere decir esta
mujer que según Orlando Nuñez es la responsable de
la familia y por lo tanto hay que darle más poder.
El colapso de la derecha nicaragüense y el fenómeno del Modelo
El ideólogo del FSLN considera que la derecha política en Nicaragua ha entrado en bancarrota política, a pesar que gobernó por tres períodos (1990-2006). Durante ese tiempo vendieron Nicaragua. El analfabetismo aumentó de casi cero a 38 por ciento. Los cortes de energía eran diarios y en las manos de una transnacional española. La producción cayó en picada y la pobreza se extendió. La gente recuerda ese período con horror y han visto la enorme diferencia, entonces y ahora, dice Núñez.
– Uno de los fenómenos, como producto de la revolución, es el colapso de la oposición de los partidos de la derecha. Estuvieron en el poder pero no lo aprovecharon e hicieron solo estupideces como empobrecer y vender Nicaragua. Daniel sí ha aprovechado los dos períodos. Por eso tiene más de 50 por ciento de los votos. El pueblo le da la espalda a la oposición.
– Mucha gente que no es sandinista vota por Daniel, no porque sea sandinista sino que vota por el Modelo Económico. Si Daniel tiene 65 por ciento de los votos, el Modelo Económico tiene 90 por ciento de los votos. Es decir, la gente no solo vota por personas, banderas políticas, sino por programas y resultados. Eso contribuyó al colapso de la oposición de la derecha. Su único programa es estar en contra el Frente Sandinista. Pero de eso la gente ya está cansada.
– Es difícil estar en contra del Frente cuando la gente ve hospitales construidos, nuevas carreteras, electrificación, alimentación para los niños, salud gratuita, ni en Europa la salud es gratuita pero aquí, en este empobrecido país, es gratuita. Como producto de la Revolución, la gente ha madurado políticamente y aunque no sea sandinista vota por un programa, no importa el líder o el partido que sea. Este es el nuevo fenómeno en Nicaragua.