Tortilla con Sal, 10 de octubre 2018
Entrevista con la Ministra de Salud, Dra. Sonia Castro
Tortilla con Sal: ¿Se puede resumir la experiencia de MINSA como institución durante el fallido golpe de estado?
Ministra Sonia Castro : Realmente nosotros fuimos sujetos de muchas mentiras, desinformación, siembra de odio de un grupo de personas aquí en Nicaragua que manipulaban sentimientos y manipulaban información para tratar de buscar el apoyo popular y crear resentimiento hacia nuestro buen gobierno haciéndolos creer que no estaba atendiendo sus demandas. Pero para hablar en honor a la verdad en las unidades de salud de todo el país del 18 de abril al 14 de julio se atendieron 2064 heridos, personas que fueron heridas en diferentes lugares y algunas muy relacionadas a enfrentamientos directamente en el intento de golpe de estado.
Es importante señalar de que en todas las unidades de salud desde que se comenzaron a dar las primeras situaciones de violencia en nuestro país se mandató establecer un mecanismo que llamamos triage, reforzar las áreas de emergencia, lo que es el tema de laboratorio, métodos de diagnóstico, hospitalización, quirófano, cuidados intensivos de tal manera que nuestras unidades de salud estuvieran en la capacidad de responder.
En algún momento nuestros hospitales con la gente que estaban de turno tuvieron mucha presión de demanda de atención y tuvimos que reforzar los hospitales con gente que no estaba de turno y llegaron. Algunos llegaron voluntariamente y otros los llamábamos para ir a reforzar los servicios para garantizar la atención a la población y salvar vidas. De estas atenciones que se dieron en todo el país tenemos una cronología y documentos médicos legales porque están en expedientes clínicos las atenciones a las personas, el día, la hora, el hospital, el diagnóstico que se le dio al paciente y el procedimiento que se le realizó. Cuando llegaban a nuestras unidades de salud lo primero era salvarle la vida, clasificarlos de acuerdo a su condición clínica y los casos más graves fueron atendido por todo el equipo de especialistas., algunos heridos fueron manejados ambulatoriamente, es decir pacientes con lesiones leves a los que se les daba tratamiento de inmediato y se iban para su casa.
Tuvimos otros pacientes que dilataron hasta un mes hospitalizados por el daño importante que tuvieron y que entraron al quirófano no solamente una vez. Tenemos pacientes también con daño osteo-muscular que tuvimos que aplicar o colocar material de osteo-síntesis para poderles asegurar su deambulación y asegurarles su recuperación de la salud. Muchos de estos pacientes aún están en nuestras unidades de salud, en seguimiento, en rehabilitación por las secuelas presentadas en ese momento. Esta documentación nosotros se la presentamos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y también hicieron entrevistas, en el Hospital Alemán , hospital Lenin Fonseca y en el Hospital Escuela en León a los pacientes ingresados y trabajadores. La CIDH entrevistó a trabajadores de los hospitales y les preguntaron si habían recibido la orden de no atender y en ningún momento hay ninguna evidencia que algún trabajador de los hospitales, del sector público haya dicho que haya recibido alguna orientación de no brindar atención a determinada persona.
También es importante mencionar que durante todo este período de intento de golpe de estado, nuestras unidades de salud, los trabajadores de salud fueron amenazados de muerte, fuimos también agredidos en nuestras salas de emergencias, nuestros hospitales, nuestros centros de salud, a los trabajadores incluso se les amenazaba cuando pasaban por los tranques de la muerte para asistir a sus unidades de salud. Quiero reconocer que durante estos meses de terror sembrado en Nicaragua el 95% de los trabajadores asistieron a sus unidades de salud. Los trabajadores asistieron a cumplir con su jornada laboral y nunca se cerró, ni hospitales ni centros de salud y se garantizó el financiamiento adecuado para darle la protección a la vida de nuestra población. Esta documentación nosotros la tenemos en expediente por cada uno de los pacientes , en los lugares donde fueron atendidos en todo el territorio nacional los 2064 heridos y también aparte están los casos que ya llegaron fallecidos o que fallecieron durante el proceso de la atención de los que llegaron a las unidades públicas de salud. Eso también se presentó como evidencia.
También nosotros presentamos tres entrevistas, una entrevista hecha espontáneamente por médicos de La Trinidad en Estelí, por médicos de la Hospital Escuela Oscar Danilo Rosales Arguello (HEODRA), donde ellos manifestaron que jamás habían recibido órdenes de no atender a las personas que llegaban a emergencia o de negar la atención a alguien, que estaban abiertos para brindar la atención a toda la población. Sin embargo no fueron presentadas esas entrevistas por la CIDH.
Y en un programa nacional de Carlos Fernando Chamorro donde llegaron unos médicos que no tienen afiliación Sandinista y de personal que tampoco tienen afiliación Sandinista, que son trabajadores de la salud, y en ese programa también ellos ratificaron que en ningún momento habían recibido orden de no atender a la población. Es decir, las evidencias muestran que los trabajadores que sí trabajan en las unidades de salud, porque hay gente que está afuera del sistema que lo dice, pero dentro del sistema los trabajadores hicieron pronunciamientos en todos los hospitales y unidades de salud donde ratifican el compromiso de servir a la población como se ha hecho en los últimos once años y que el Ministerio de Salud es un servidor público sin distinción de clase, opción política, religión, sexo, edad u orientación sexual.
Porque esa es nuestra labor. Es un sistema público basado en los principios cristianos, en los principios de solidaridad y de socialismo, por supuesto, para servir a la comunidad. Incluso garantizamos el abastecimiento médico de todos los insumos necesarios a pesar de todas las situaciones. Tuvimos que pagarles a los tranquistas, a los que estaban dirigiendo los tranques para que nos dejaran pasar los furgones en Chontales, Matagalpa y Estelí y en Las Maderas. Tuvimos que pagar peaje del medicamento para poderlo trasladar. Incluso nos tuvieron retenido un cargamento de abate en la zona de Chontales y allí tuvimos que negociar, abrir mentes, hacer conciencia y pagar. Pero teníamos que asegurar el abastecimiento de los hospitales y nuestros centros de salud para seguir cuidando la salud de nuestro pueblo. Porque aparte de los heridos también teníamos la demanda normal, los partos, las emergencias, los traumas, los accidentes de tránsito, las personas que llegaron con algún dolor o dolencia, los cardiópatas descompensados, los hipertensos, los diabéticos, Nuestras unidades de salud siempre estaban al servicio y han estado y van a estar en este modelo de salud familiar y comunitario al servicio y cuidado de la salud.
TcS :- ¿Durante el período del golpe, cómo fue la relación entre el sector público y el sector privado de la salud?
Ministra Sonia Castro : En primer lugar como Ministerio de Salud, rector de la salud, estuvimos en comunicación permanente con los directores de Sistemas Locales de Atención Integral de Salud (SILAIS) y los hospitales y clínicas privadas por si necesitaban apoyo, por si ellos recibían algún paciente que ameritaba apoyo del Ministerio de Salud. Y nosotros recibimos traslados de pacientes heridos o lesionados que fueron atendidos en un primer momento en hospitales privados como el Hospital Vivian Pellas o el Hospital Bautista porque allí es donde los trasladaban, pero que una vez les dieron la atención inmediata los trasladaban a los hospitales públicos de nuestro país. Y nosotros recibimos a todos los traslados, incluso algunos los mandamos a traer en las ambulancias porque ellos nos pedían que fuéramos a traer esos heridos que ellos tenían en sus hospitales. Nos complementamos. Nos apoyamos, Nos coordinamos y nosotros les preguntábamos a ellos qué necesitaban para asegurar la atención y la protección a la vida a estas personas.
Quiero también mencionar que hay hospitales que fueron asediados. Incluso entraron a los hospitales, al hospital de Masaya, el Hospital Alemán de Managua, también al Hospital Santiago de Jinotepe donde estos vándalos terroristas entraron encapuchados con armas, con lanzamorteros, con armas hechizas, con pistolas a amenazar a los trabajadores. Es más, a asaltar a los familiares de los pacientes porque les quitaron hasta los celulares a los familiares de los pacientes. Y eso se dio en esos hospitales que estoy mencionando. Al Hospital Fernando Vélez Paiz recién inaugurado quisieron quemarlo, destruirlo, siendo un hospital construido para la atención a los pobres y fue defendido por la población y trabajadores. Y fueron ellos que intentaron hacer todo eso para meter el terror a las familias nicaragüenses. Fueron 47 ambulancias dañadas e incluso una quemada. Ambulancias que acabábamos de adquirir y que son para transportar a los pobres, para transportar al que no puede salir de su casa y hay que irlo a traer.
Y estos hospitales públicos a los que intentaron hacerles daño también son para servirles a los pobres de este país porque los que tienen dinero se van a pagar a los hospitales privados o se van fuera del país. Al hospital de Nueva Guinea, se metieron e incluso amenazaron a los pacientes. Y tuvimos que hablar a los sacerdotes de allí, a los líderes religiosos y los políticos para que salieran del hospital porque teníamos pacientes. Y así en medio de esta situación de terror, de miedo, de amenazas de muerte, de violencia, de terrorismo, jamás se dejó de dar atención a quien llegará. Y como digo, estas evidencias nosotros las tenemos porque son expedientes médicos-legales y tenemos nuestra voluntad de seguir atendiendo a toda nuestra población sin distingo de ninguna razón porque todos aquí tenemos derecho a la salud porque la salud aquí es gratuita y es un derecho que este modelo de salud familiar y comunitario garantiza en el proceso de atención.
TcS : "Se puede explicar un poco del impacto de este período de terrorismo sobre MINSA y su personal?
Ministra Sonia Castro : Realmente toda Nicaragua se vio sorprendida por un plan diabólico preparado para bloquear un rumbo de prosperidad que íbamos caminando en este país en medio de nuestra pobreza y limitaciones. Y salud como una de las fortalezas, porque tiene un modelo que se complementa con la comunidad y que se complementa con las familias y en que hemos alcanzado indicadores de salud que indican la pauta del camino que hemos de llevar para llevar mejores condiciones de salud a nuestro pueblo. Sin embargo, en este plan estaba el desacreditar, agredir y elevar las mayores de mentiras posibles a un sistema de salud para golpearnos. Y en este intento también se golpeó emocionalmente a los trabajadores. Porque cuando le digo que teníamos amenazas de muerte, también hubieron trabajadores que fueron secuestrados.
A una doctora en Nagarote se la llevaron del centro de salud por tres horas y no sabíamos dónde estaba. No sabíamos si iba a regresar. No sabíamos si la iban a entregar. Tres horas estuvo secuestrada. Una doctora de Juigalpa que venía con un traslado al Hospital Asunción la tuvieron secuestrada en un tranque y metida en una casa, igual su mamá que la llegó a buscar para que se la devolvieran también igualmente fue secuestrada. Un trabajador de la central de ambulancias fue torturado en la UPOLI y le echaron líquido para quemarle sus partes allí en la UPOLI. Esos daños emocionales llevó a los trabajadores a sentir pánico por su labor que hasta el momento había sido meramente de servicio, cristiana, de vocación de apoyo al prójimo. Pero que ellos querían bloquearlos para paralizar este país. Pero no lo lograron.
No lo lograron y nosotros, una vez que recuperamos la estabilidad y que vamos al camino a la Paz, el Ministerio de Salud junto con la Organización Panamericana de la Salud elaboró un plan de salud mental para recuperar nuevamente este espíritu de lucha, de servicio y buscar en la unión de todos, en la fe cristiana y en nuestra fortaleza el seguir adelante para servir. Y quiero mencionar que este plan de salud mental se hizo también para lesionados graves y familiares de fallecidos y actualmente estamos visitando casa a casa a estas familias, también se hizo asambleas, encuentros, reuniones con todos los trabajadores de la salud para abordar el tema, cómo nos sentimos, cómo debemos de responder ante esta situación y como prepararnos espiritual y mentalmente para seguir avanzando en los desafíos.
Porque Nicaragua tiene muchos desafíos en salud y tenemos que seguir trabajando. Entonces nosotros destinamos este programa y nuestros mejores especialistas en salud mental, psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales que manejan este tema y con la ayuda y cooperación de la Organización Panamericana de Salud y unos especialistas internacionales se elaboró el contenido de este plan, y los temas y la metodología de cómo vamos a hacer estos talleres de recuperar la fortaleza para seguir adelante y nuevamente, sin olvidar pero tratar de dejar atrás esa parte negra y seguir adelante. Ese es un pasado que tenemos que tenerlo presente para que no vuelva a suceder, pero un pasado que nos debe de dar fuerza para decir podemos seguir, podemos avanzar, tenemos derecho a tener la Nicaragua que estábamos construyendo, una Nicaragua en Paz para todos, donde ganamos todos el Bien Común.