Comunicación, estrategia para las guerras

Submitted bytortilla onSáb, 02/04/2022 - 19:02

Fabrizio Casari, 2 de abril 2022

Las guerras siempre se han librado para conquistar territorios, para saquear las riquezas del mar, de la tierra y del subsuelo, para el control estratégico de las rutas marítimas y aéreas. Hoy en día, las guerras también se libran para impedir el crecimiento de la competencia en los mercados, para redefinir la estructura de la gobernanza mundial, donde chocan una visión unipolar y otra multipolar.

Junto con el desarrollo de los sistemas tecnológicos, la nueva arma que se considera decisiva en los escenarios bélicos es la comunicación, porque en la era de la bulimia informativa, las guerras se ganan o se pierden también por la narración que se hace de ellas. Paradójicamente, la opinión que se forma sobre una determinada guerra cuenta a veces tanto como su aspecto militar. Porque la batalla termina, mientras que su comunicación sigue y transmite valores, sentimientos, convicciones y produce sentido común, que son tan importantes como la historia militar. Las derrotas se superan, pero las opiniones sobre la derrota se asientan y pesan históricamente.

Por eso, los medios internacionales han enterrado en silencio las dos últimas y contundentes derrotas de la OTAN: la primera en Siria, a manos de rusos, sirios, iraníes y Hezbolá; la segunda en Afganistán, donde a la derrota se sumó la humillación a manos de los talibanes, hasta el punto de que Macron dijo que la OTAN está en "muerte cerebral".

Hay que reconocer que Estados Unidos fue el primero en considerar el valor de la comunicación en la defensa de sus intereses. Freedom House surgió a instancias de F.D. Roosevelt, en 1941, cuando se crearon en Estados Unidos varias asociaciones cuyo objetivo era preparar ideológicamente al país para la guerra. Se reunieron poco antes del ataque a Pearl Harbor y encontraron un hogar común en Nueva York llamado Freedom House.

En 1982, la administración republicana dirigida por Ronald Reagan decidió acelerar la maquinaria de penetración y propaganda estadounidense en los escenarios de crisis. La NED (National Endowment for Democracy- Fundacion Nacional para la Democracia) nació y asumió el papel de catalizador de las agencias dedicadas a la desestabilización política y militar.

En la actualidad, la NED es la matriz de una serie de agencias gubernamentales (y otras privadas, pero relacionadas con la política) que se encargan de organizar los procesos de cambio de régimen y de trasladar los inconflesables intereses estadounidenses al plano de la comunicación positiva. Es decir, la guerra y la dominación de todo el planeta para financiar y sostener el modelo estado-unidense en crisis.

La lección vietnamita

Hace unos días fue el aniversario de la masacre de Mi Lay en Vietnam. La de Vietnam fue la primera guerra documentada por la televisión, que desempeñó un papel fundamental al contar una verdad diferente a la propuesta por el gobierno. La documentación de ese horrendo crimen supuso un golpe mortal para la imagen de Estados Unidos.

Para el Pentágono se planteó una cuestión estratégica: si no se podía evitar la presencia de los medios de comunicación, había que aprender a utilizarlos. Por esto el Pentágono dedica enormes recursos a la manipulación de la información y a la desinformación, gran parte de la cual va a parar a la industria editorial, que se ve inevitablemente afectada. También está presente en la industria del entretenimiento y en las producciones televisivas y cinematográficas. compra espacio para sus campañas de autopromoción e imagen. Ningún otro anunciante tiene tanto presupuesto, por lo que nadie tiene tanta consideracìòn, lo que a menudo conduce a una verdadera identificación del periodismo con las razones del anunciante.

La adhesión de la información a las razones de los militares está dictada ser ambos parte del establishment, y de las élites. En este sentido, el papel de los grandes medios de comunicación es realmente similar al de un gabinete de prensa del sistema, que trabaja antes, durante y después de los acontecimientos para que lo inaceptable sea aceptado.

Las categorías básicas de una buena oficina de prensa, después de todo, son la puntualidad, la credibilidad y la confiabilidad. Pues bien, la comunicación de guerra tiene precisamente estas características: es puntual, porque presta apoyo en tiempo real, confiable porque se considera que verifica la información y es creíble porque no publica noticias inexistenteses. Pero sobretodo es única porque actúa en ausencia de disidencia o incluso de simples fuentes de información alternativas.

Precisamente la credibilidad es una baza fundamental para un mensaje. Pero aquí está donde el medio es más importante que el mensaje: la credibilidad de los militares supera la no credibilidad de la noticia en sí. Con el apoyo de los medios de comunicación, lo imposible se transforma en probable y lo increíble se hace creíble. ¿El mejor ejemplo? Hacer creíble la existencia de "bombas inteligentes" es como difundir el concepto de "guerra humanitaria". La mutación generacional se ha producido: la información, que debía ser el perro guardián del poder, se ha convertido en un ruiseñor del mismo.

El cambio del modelo de comunicación

La comunicación bélica se transformó con la primera guerra contra Irak. Por primera vez, se prohibió el acceso a la prensa independiente: ningún periodista, fotógrafo o cámara de televisión podía entrar en el teatro de la guerra sin estar bajo el estricto control de los militares. Ha nacido el periodismo empotrado: la transformación del periodismo crítico en un periodismo que cuenta lo que los militares le permite contar: finalmente una oficina de prensa del aparato militar.

Para reducir la poderosa oposición internacional que tubo la guerra, las imágenes de muerte y destrucción estuvieron completamente ausentes de las pantallas y las páginas de los periódicos. Querían transmitir la idea de una guerra sin víctimas civiles, "quirúrgica" a la hora de atacar objetivos militares, "inteligente" como los misiles Patriot. Era falso, como eran falsas las pruebas sobre las armas químicas mostradas a la ONU por Colin Powell.

Desde el punto de vista tecnológico, la guerra en la antigua Yugoslavia y la ofensiva de la OTAN contra Serbia en 1999 aportaron una nueva dimensión a la relación entre guerra e información. De hecho, fue la primera guerra enriquecida en tiempo real por la red telemática. El tiempo de difusión de la noticia se redujo a cero gracias al correo electrónico de los testigos directos y a la convergencia de medios tradicionales como la radio y nuevos medios como Internet, mientras que la censura militar seguía impidiendo a la opinión pública conocer la evolución real del conflicto. La comunicación de la guerra en los Balcanes tuvo méritos incuestionables, transmitiendo el oxímoron de "guerra humanitaria" como creíble y reconstruyendo la historia para la conveniencia imperial. Conceptos horribles como la guerra de base étnica se han asignado a la antigua Yugoslavia, ocultando que los primeros en aplicarla fueron los incipientes Estados Unidos hacia los nativos americanos.

Hoy, la dinámica de la guerra está expuesta a la mayor manipulación mediática. Las principales redes internacionales documentan las guerras de diferentes maneras, dependiendo de quién sea el atacante. En las guerras de la OTAN, las imágenes son las del lanzamiento de misiles Patriot desde portaaviones, desde la estela que surca el cielo hasta las detonaciones posteriores. Parecen como si estuvieran en un videojuego y la distancia de las deflagraciones sólo proyecta las explosiones y no los efectos en el suelo sobre las casas y las personas. El lanzamiento y la llegada del misil se promueven como un signo de fuerza, pero las víctimas inocentes que provoca se ocultan cuidadosamente. Se evita la dimensión emocional para reforzar la dimensión cognitiva de las razones de la guerra.

Si, por el contrario, son los enemigos de Occidente los que luchan, entonces las imágenes se invierten. Se destacan los muertos y la destrucción, y se construyen y amplían las historias más desgarradoras, con los niños y los ancianos como sujetos preferidos. En definitiva, se intenta construir la indignación y la oposición a la guerra a partir de las emociones que despierta, inde-pendientemente de las razones que la motivan.

Luego está el método para las guerras olvidadas. Son todas aquellas guerras que, aunque destruyen países enteros, son desatadas por los aliados de Estados Unidos sin la intervención directa de las tropas occidentales. El ejemplo más clásico es la guerra de Yemen, liderada por Arabia Saudí, que en pocos años ha provocado dos millones de muertos ante la ausencia absoluta de imágenes y palabras en los grandes medios de comunicación.

Los resortes del golpismo

Lo mismo ocurre en las llamadas "primaveras", es decir, en los golpes organizados por Estados Unidos y la UE en todo el mundo. Es una de las invenciones más importantes de la doctrina militar estadounidense de los últimos veinte años, luego de la guerra de baja intensidad.

El sentimiento que anima los levantamientos populares, siempre en la historia de los últimos contra los primeros y siempre en busca del progreso y la libertad de los pueblos, se ha trasladado por vía imperial.

Gracias a la manipulación de la comunicación, se vende la idea de un mundo que identifica la libertad y la independencia con el imperio occidental y la falta de ellas en los países que no se han sometido al imperio.

La injerencia y la posterior intervención en los diferentes países se construye con fondos, personal y políticas ad hoc y el entrenamiento sobre el terreno de los grupos destinados a ser protagonistas del golpe son formados por las falsas ONG que complementan las actividades de las embajadas estadounidenses y europeas.

En cuanto a la comunicación, se establecen una serie de códigos de conducta, basados en:

A) Construcción de una mala imagen del gobierno, generalmente acusado de represión, corrupción, ineficiencia y autoritarismo. Según el caso y cuando la situación lo permite, el nepotismo o la violencia social incontrolable, la falta de seguridad y la discriminación étnica se añaden al menú.

B) Para convencer a la opinión pública de una posible alternativa, se crea y se difunde una imagen de la oposición al margen de su existencia real. Los medios de comunicación presentan una oposición democrática y pacífica, concebida sobre la base de los valores de la libertad contra la tiranía, que anhela el modelo de vida occidental que le está vedado por la garra criminal del gobierno autocrático.

C) Desencadenamiento de la revuelta vendida como "espontánea" y relato de la implicación gradual de una gran parte de la población. La narración proporciona un casus belli circunstancial, que sin embargo desencadena la revuelta a fuego lento. El papel de los universitarios es decisivo, como en todo movimiento de protesta y en toda revuelta, y la escalada de la crisis se produce con el asesinato, aparentemente no provocado, de una o varias personas, a partir del cual puede surgir un nivel más agresivo de protestas. Una parte importante del guión consiste en imágenes que evocan sentimientos positivos a los que el gobierno responde con dureza, lo que provoca la deserción de soldados y policías, funcionarios y embajadores que denuncian al gobierno para el que siempre han trabajado y se identifican con la sublevación.

D) Los acontecimientos se ocultan en la parte en la que se registran los alborotadores armados y el comportamiento de los delincuentes, y en cambio se exaltan al producir imágenes dramáticas de la reacción gubernamental, ya sea falsa o real. Al igual que en las guerras convencionales, la manipulación de imágenes y textos corresponde a la ocultación de razones.

E) El odio puro destaca en la conducción del golpe, pero es omitido por el sistema mediático, que en cambio difunde imágenes de carácter romántico en apoyo de la revuelta. El pianista, el signo de la victoria de Churchill, las lágrimas, los eslóganes y los abrazos se convierten en las imágenes en torno a las cuales se cuentan los justos. Que, quede claro, son casi siempre bellas, puras y convincentes en su representación del cambio.

F) También lo son porque expresan conceptos en frases cortas con un efecto emocional, sobre el que contar el siguiente paso, que transformará esas mismas frases en un meme mnemonico capaz de penetrar cualquier desconfianza cognitiva de los investidos por la historia.

La información, por lo tanto, es un arma estratégica para toda guerra, ya sea procurada o sufrida. Pero su condición predeterminada es la ósmosis absoluta entre los sistemas político, financiero, mediático y militar.

La apuesta decisiva es representar un mundo libre que lucha contra quienes se oponen a él: siendo el primero por definición “libre”, el segundo sólo puede ser “dictatorial”. No se admiten conceptos plurales o diferentes modelos de democracia y libertad: la crisis de dominación unipolar es demasiado profunda para ser abordada con principios liberales. No solo contra el Socialismo o el Indipendentismo: tambìèn el pensamiento liberal y la democracia, vendidos como sus doctrina, se han convertido en el enemigo de quienes dicen representarlos.