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Los
Cuentos de
Mercado
por Jorge
Capelán, 29
de diciembre 2010
Aparentemente
falto de exposición mediática - el vehículo usado
por ciertos
intelectuales para hacerse valer en el duro mercado de las ideas - o
tal vez agobiado por la falta de fuentes de inspiración, el
escritor
nicaragüense (eso de nicaragüense, es cada vez más un
decir) Sergio
Ramírez Mercado aparece por estos días bostezando un
incongruente
análisis sobre el presidente Daniel Ortega Saavedra.
En
su crónica "Cuentos de camino", Ramírez brinda al lector
algunas
dudosas primicias: la primera es la de que existe una cadena
árabe
llamada Al Jazeera.
Que Al Jazeera desde los tiempos de la
invasión a Irak haya causado dolores de cabeza a los estrategas
de la
propaganda del Pentágono y de Tel Aviv al transmitir
información desde
el terreno sobre las atrocidades cometidas por Occidente en el Oriente
Próximo es un dato que, milagrosamente, no había llegado
hasta la
encumbrada torre de marfil habitada por tan selecto novelista. Mucho
menos, agregamos, el que Al Jazeera forme parte del paquete de canales
habituales de muchos proveedores de televisión por cable en todo
el
mundo excepto, probablemente, en los Estados Unidos.
Un detalle
a favor del escritor Mercado es el de que parece no ver demasiada
televisión. Bueno para su salud. Porque la programación
de Al Jazeera
se puede ver incluso en Nicaragua.
Con su aparentemente escaso
bagaje de cultura televisiva, Mercado nos ilumina sobre un
supuestamente oscuro entrevistador de nombre David Frost, que hace
muchas décadas saltó a la celebridad a raíz de una
entrevista en la que
puso contra la pared al alcoholista presidente Richard Nixon en
tiempos del Watergate.
En la narrativa del novelista Mercado,
Frost habría pasado décadas de confinamiento en
algún rincón del olvido
mediático para luego despertar de nuevo a la fama gracias al
último
folletón de Hollywood sobre el infame presidente. Nada
más falso, ya
que durante muchos, muchos años, Frost ha conducido uno de los
programas de entrevistas más populares de la televisión
inglesa en el
canal de la BBC de Londres, en el que semana a semana ha hablado con
políticos y celebridades de fama mundial.
Una tercera - esta sí
- novedad que aporta el escritor Mercado sobre el mundo de la
televisión, es la existencia de un canal de cable ruso vinculado
al
insondable y calculador (el infaltable cliché usado contra todo
político del otro lado de la "cortina de hierro") Vladimir
Putin.
Es
un canal excelente. Por ejemplo, la semana pasada mostró un
documental
muy interesante sobre los objetores de conciencia en el ejército
estadounidense - algo tal vez no del todo aceptable al gusto del
escritor Mercado, que hace apenas unos años defendía a
capa y espada
como un derecho del pueblo venezolano las telenovelas producidas como
artículos de charcutería barata y el resto de programas
de televisión
basura que canales como el golpista venezolano Radio Caracas
Televisión
acostumbran transmitir.
Y una cuarta - esta no - novedad
anunciada por Mercado, son las entrevistas que el presidente de
Nicaragua ha concedido a esos medios: la de Al Jazeera/David Frost a
comienzos de 2009 y la de la televisión rusa (RT, se llama) el
23 de
agosto de este año, hace ya cuatro meses.
Por cierto, la
entrevista en el canal RT, a cargo de la periodista Elena Rostova,
forma parte de un programa semanal en el que yo he visto ser
entrevistados a los presidentes Hugo Chávez, Evo Morales,
Fernando Lugo
y Leonel Fernández, al presidente de la Asamblea Nacional de
Cuba
Ricardo Alarcón, al embajador de Costa Rica ante la
Federación Rusa
Manuel Antonio Barrantes y a otros políticos latinoamericanos,
así como
a varios intelectuales de este continente, entre ellos varios
escritores. De toda esa lista, Ramírez escoge a un agente de la
tenebrosa KGB. Claro, como buen escritor, tenía que irle dando
clima a
la historia.
En cuanto a Ortega, a Mercado se le olvidó, además,
otra entrevista de una hora de duración que el presidente de
Nicaragua
concedió este año para una serie del canal TeleSUR sobre
varios
mandatarios de América Latina, entre ellos el colobiano
Álvaro Uribe
Vélez (Típico de un malinche, eso de olvidarse de lo
producido en casa).
Semejante
acumulación de inexactitudes, en apenas dos párrafos,
sería tomada en
el caso de un periodista como una grave falta de profesionalismo. Por
suerte, el género del escritor Mercado es la ficción, lo
que parece
exonerarlo de cualquier responsabilidad.
No en vano hace unos
años declaró en una entrevista que su oficio
consistía en escribir
mentiras creíbles con las que engañar al lector, en este
caso, usando
el conocido eje propagandístico de "sandinistas, peleles de
Moscú",
favorito de aquel viejo "demócrata" nicaragüense de la
Cuesta del
Plomo, de los BECATS y de La 21, hace ya tres décadas derrocado
por una
insurrección popular un 19 de julio de 1979 y gloriosamente
defenstrado
por una bazooka guerrillera en el Paraguay.
Lo que sigue en el
texto de Mercado es una continuación de los Cables de Trivelli -
por si
alguien se preguntaba por aquello de los "cuentos de camino" del
título
de la nota.
Nicaragua es "esclava de Moscú" al reconocer como
naciones independientes a Osetia del Sur y Abjasia, según
Mercado
"territorios separados de Georgia por la fuerza militar de Rusia". Que
Nicaragua fuese una de las pocas naciones del mundo verdaderamente
libres de tomar semejante decisión (buena o mala, eso es lo de
menos)
es algo que a Mercado no le interesa reconocer. En todo caso, el
escritor acepta como un hecho del universo la existencia de ese
protectorado bushista de Georgia, dirigido por el mafioso e incapaz
pelele Mijeil Saakashvili, heredero de una "revolución de las
rosas"
orquestada desde Washington.
Entonces, ¿Nicaragua actúa como
pelele de Moscú al suspender relaciones con Israel a causa del
criminal
ataque sionista a la Flotilla de la Libertad este año?
¿Actúa como
pelele de Moscú al tener relaciones diplomáticas con
Taiwán y al mismo
tiempo desarrollar los vínculos económicos con Beijing?
¿Actúa como
pelele al reasumir su papel de liderazgo en el seno del Movimiento No
Alineado? ¿Actúa como un pelele al promover conferencias
internacionales contra el racismo que provocan la ira de Tel Aviv, de
los embajadores de la Unión Europea y de los Estados Unidos?
Como
buen malinche, el escritor Mercado sólo puede ver a su
país como
pelele: Como pelele de Chávez, como pelele de Ahmadinejad, como
pelele
de Putin, ¡Hasta pelele de Washington, el FMI y el Banco Mundial!
Vaya,
cuantos patrones para un mismo pelele.
En todo caso, si de
fidelidad pelelística hablásemos, el gran pelele se
llamaría Sergio
Ramírez Mercado, pelele del Grupo PRISA de España, dada
la consistencia
con la que repite sus ejes de propaganda.
Del eje "pelele de
Moscú", el pelele de PRISA pasa entonces al siguiente eje
propagandístico: "Ortega aliado de los yanquis". No, estimado
lector o
lectora. No se trata de un problema de su receptor, de sus espejuelos o
de su carcúmen: El señor Mercado lo o la está
manipulando.
Unos
párrafos más arriba, Ortega era pelele del peor enemigo
de la
Civilización Occidental (Putin), y como por arte de magia,
Mercado
ahora lo convierte en el más abyecto reptil del imperio.
Milagros de la
literatura (o, en realidad, de la propaganda).
En la entrevista
con la periodista rusa, el presidente Ortega dice que "si (los Estados
Unidos) tuvieran las condiciones en Nicaragua para un golpe, ya lo
hubieran intentado, pero no las tienen, porque no cuentan con un
ejército, con una policía, no tienen ningún
instrumento militar para
provocar un golpe, si no, ya lo hubiesen hecho, de eso estoy seguro".
Esto,
dice Mercado, es "extraño" ya que la experiencia "de los
años
recientes" demuestra que la Casa Blanca ha perdido todo interés
en
Nicaragua. Pudiera parecer que Mercado de WikiLeaks sólo leyese
las
versiones editadas por los periodistas del Grupo PRISA.
Porque
si hubiese leído los cables en su versión original,
hubiera advertido
que el ex embajador Paul Trivelli profesaba - y aún profesa - un
odio
visceral hacia el sandinismo, un odio que el actual embajador Robert
Callahan sólo disimula con un transparente barniz de buena
educación,
pero nada más, tal y como se desprende, no sólo de los
cuestionados
cables del grupo, sino también por innumerables declaraciones
publicadas por La Prensa y El Nuevo Diario, medios que el propio
Mercado devora día a día.
Si los Estados Unidos hubiesen
cambiado de actitud hacia Nicaragua "en los años recientes",
como
escribe Mercado, entonces hubiesen jubilado al señor Trivelli al
finalizar su servicio en Managua.
Sin embargo, por una rareza
del destino, al cavernario ex embajador lo ascendieron
nombrándolo
Adjunto Civil y Asesor en Política Exterior, nada más ni
nada menos que
del Comando Sur de los Estados Unidos (USSOUTHCOM), una humilde
organización encargada de todas las actividades militares de los
Estados Unidos para Centro y Sudamérica dividido en 4 fuerzas
principales: Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Marines.
Por
ejemplo, en "Quarry Heights", Panamá, el Comando Sur, tiene una
base,
donde cada fuerza de las antes mencionadas posee una "pequeña"
guarnición de hombres y aparatos, para desplazarse por la
región. El
número de personal militar en la base de Panamá es de
10.000 hombres y
de 7.500 civiles, tres cuartos de ellos panameños; eso sin
mencionar,
claro está, tantas otras bases militares como la de Palmerola en
Honduras, la de Guantánamo en Cuba, etcétera.
Pero, además de
olvidar que su propio país ha sido invadido por los Estdos
Unidos en
incontables ocasiones, que tiene un principio de política
exterior que
se llama "Destino Manifiesto" y otro que se llama "Doctrina Monroe", y
que aún con Obama en la Sala Oval sigue batiendo récords
de
presupuestos militares con cada año que pasa, parece que Mercado
también "olvida" las cosas que la propia Secretaria de Estado
Hillary
Clinton ha dicho sobre el gobierno sandinista en "los años
recientes":
Por
ejemplo, en una reunión informativa a inicios de diciembre de
2009 del
Departamento de Estado, la señora Clinton advertía a los
gobiernos de
América Latina sobre las graves consecuencias que podrían
esperar en
caso de vincularse con el temible Irán.
"Estamos muy conscientes
de la intención de Irán de promover sus vínculos
con algunos países
como Venezuela o Bolivia, y sólo podemos decir que es una mala
idea
para los países involucrados. Éste es el mayor
partidario, promotor y
exportador del terrorismo en el mundo", dijo Clinton en esa
ocasión.
"Creo
que si quieren coquetear con Irán, debería ver las
consecuencias que
podrían tener por ello", agregó como para no dejar alguna
duda. Y no es
precisamente que Doña Hillary ese día se hubiese
levantado con el pié
equivocado, porque ese es su discurso habitual. Sin ir más
lejos, uno
de los mandatarios de esa lista de amigos de Teherán, el
presidente de
Ecuador Rafael Correa, tuvo que desbaratar una intentona golpista a
riesgo de su propia vida no hace muchas semanas.
Apenas unos
meses antes de esa advertencia, en mayo de ese mismo año,
Clinton
expresaba públicamente su inquietud por la supuesta
construcción de una
megaembajada iraní en Nicaragua que, aseguró,
sería "la más grande del
país", (como si la embajada más grande de Managua
no fuese la de la
propia señora Clinton).
Veamos otra anécdota de tiempos recientes:
Una
nota de la embajada estadounidense en Holanda del 28 de agosto de 2010,
informa de la visita del embajador Fay Hartog Levin junto con Henk Jan
Ormel, miembro del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento
de
Holanda y del europarlamentario, también holandés, Hans
van Baalen a la
fragata USS Taylor (FFG 50) in Rotterdam.
En la visita, el
embajador dijo: "Holanda y los Estados Unidos recientemente celebramos
400 años de relaciones ininterrumpidas (...) A lo largo de los
años,
hemos fortalecido esta relación con una fuerte
cooperación militar, así
como con lazos económicos y militares".
La fregata USS Taylor
(FFG 50), aunque con varias décadas de uso, tiene un valor
histórico
obvio desde el punto de vista militar: Participó en la
operación
Earnest Will en el Golfo Pérsico en 1988, el mayor convoy naval
desde
los días de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, la nave
ha sido
modernizada y adaptada a los requerimientos del combate moderno.
Desde
2005, Taylor tiene como puerto base el NS Mayport en la Florida, siendo
parte del Escudrón 24 de Destructores de la Marina
Estadounidense. En
agosto de 2008, Taylor entró al Mar Negro en una visita de
rutina para
interactuar con naves de la OTAN de Rumania, Bulgaria, Polonia,
Alemania y España. Luego de la visita de los parlamentarios
holandeses,
en septiembre de este año, el Taylor fue objeto de sobrevuelos a
baja
altura por un bombardero ruso Tu-95.
La anécdota que relaciona
la visita holandesa a la nave de guerra estadounidense y Nicaragua, es
el conocido incidente de fines del año pasado, cuando el
señor Hans van
Baalen, en su calidad de presidente de la Internacional Liberal hizo
escala en Managua para "sondear" la disposición del alto mando
militar
de Nicaragua a dar un golpe de estado contra el gobierno sandinista -
un hecho que el mismo van Baalen admitió y que le valió
una invitación
del gobierno de Nicaragua a dejar inmediatamente el país.
El
viaje de van Baalen, en realidad tuvo como meta la de visitar
Tegucigalpa, donde ungió al dictador Roberto Micheletti vice
presidente
de la Internacional Liberal.
O sea que un fascista declarado,
admirador del golpe hondureño, y además, ex miembro del
partido neonazi
Nederlandse Volks Unie (NVU), viene a Nicaragua a provocar ambientes
golpistas y 8 meses más tarde es recibido con todos los honores
a bordo
de un buque de guerra de los Estados Unidos. ¿Son esos signos de
cambio
por parte de los Estados Unidos?
¿Cómo hablar seriamente de
cambio de actitud de Washington con respecto a Nicaragua cuando, a la
par de los signos positivos que el señor Mercado aumenta y
exagera (la
visita de la Secretaria del Trabajo Hilda Solís, las excelentes
relaciones comerciales y el ofrecimiento, volátil como el
éter, de
volver a calificar para la Cuenta del Reto del Milenio) vemos otros
signos, como el de promover a asesores del Comando Sur a
cavernícolas
como Paul Trivelli, recibir en buques de guerra a nazis como van
Baalen, dejar que Hillary Clinton diga barbaridades sobre embajadas
iraníes en Managua o el que una antisandinista rabiosa como
Ileana
Ros-Lehtinen, pase a presidir el Subcomité de Relaciones
Exteriores de
la Cámara de Representantes para América Latina a
raíz de los avances
republicanos en las últimas elecciones en Estados Unidos?
¿Son
esos hechos pruebas de que Washington (no hablemos de Obama, porque
nadie sabe realmente si su palabra tiene ya algún peso
allí), de que el
Pentágono, de que los grandes grupos de poder estadounidenses,
"se
mueven entre el letargo y el olvido" con respecto a Nicaragua y a
Centroamérica?
Sergio Ramírez conoce de sobra esos hechos, por
eso su confianza en la falta de interés del imperio por
Nicaragua, más
que a ingenuidad o confusiones de análisis revela la mala fe
típica del
malinchismo militante que representa.
Cuando las encuestas de
opinión demuestran que ya nadie cree en la letanía del
fraude de las
elecciones municipales de 2008, Mercado sigue mercadeando el mismo
gastado cuento para la exportación, y quejándose
además de que Obama
parece no querer hacer nada al respecto.
Unos días más tarde
de aparecida la nota de Mercado, The Washington Post publica un
artículo diciendo que Obama es "blando" con Nicaragua que
"invade" a
Costa Rica y sigue como candidata a los fondos de la Cuenta del Reto
del Milenio. Cualquier similitud entre los argumentos del del
señor
Mercado y los del New York Times no son mera coincidencia - de eso vive
el triste Mercado.
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