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Día Internacional de la Mujer en Nicaragua: mucho que celebrar, mucho por hacer

Por Karla Jacobs, 9 de Marzo del 2010

Durante el ciento aniversario del primer Día Internacional de la Mujer vale la pena revisar las raíces ideológicas detrás de la creación de esta celebración anual dentro del contexto de la situación global y local de los derechos de la mujer hoy en día, y el grado de culpabilidad que tienen los mismos países testigos de una serie de triunfos en términos del empoderamiento de la mujer durante el siglo 20 en la obstaculización hoy en día de la lucha de mujeres empobrecidas en otras partes del mundo.

El primer Día Internacional de la Mujer se celebró en los Estados Unidos en el año 1909 después de que el Partido Socialista Estadounidense emitió una declaración en la cuál se destacó la importancia del reconocimiento de los derechos de la mujer dentro de un proceso verdaderamente socialista. El año siguiente, durante el II Congreso de Mujeres Socialistas en Dinamarca, las feministas alemanas Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo y sus colegas declararon la celebración anual e internacional del Día Internacional de la Mujer.

Zetkin y Luxemburgo, compañeras ideológicas de Federico Engels y Vladimir Ilich Lenín, consideraron la opresión de la mujer no tanto como una lucha de género sino como una lucha de clase. Igual al Partido Socialista Estadounidense, creyeron que la liberación verdadera de la mujer sólo se pudiera lograr como parte de la creación de una sociedad socialista.

Durante la época de Luxemburgo y Zetkin, las demandas concretas del movimiento internacional de la mujer eran, esencialmente, mejores condiciones laborales para las mujeres trabajadoras, el derecho al voto para la mujer, y otros derechos políticos. Rebeca Madriz comenta en su artículo reciente, A cien años del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, construyamos un futuro socialista, las demandas de esa época ya han sido cumplidas, por lo menos en términos legislativos. "Sin embargo, la compleja realidad social [del mundo de hoy] ha diversificado las formas de discriminación, subordinación, explotación y sumisión de las mujeres" sobre todo en las regiones empobrecidas del planeta:

El capitalismo en su actual fase monopolista, transnacionalizada, ha generalizado fenómenos sociales como la feminización de la pobreza, ... padecemos el femicidio y el feminicidio (asesinato de mujeres en razón del sexo, produciéndose éste último bajo inobservancia del Estado); e igualmente la trata y tráfico de personas especialmente mujeres, niñas y niños.

Además, es posible argumentar, que la actual realidad global ha dividido las mujeres del mundo, sus experiencias y perspectivas, en dos amplios y diversos categorías: mujeres del Norte financialmente rico, y mujeres del Sur financialmente empobrecido pero rico en recursos (emigrantes del Sur viviendo en el Norte se pueden incluir en la segunda categoría).

A pesar de que, frecuentemente el nivel de vida de las mujeres en el Norte no es lo más adecuado, normalmente las necesidades básicas (nutrición, agua y saneamiento, alguna forma de ingreso, educación y salud) sí se cumplen y los servicios básicos (transporte, comunicación, electricidad, etcétera) son accesibles.

A cambio, la mayoría de las mujeres del Sur no pueden satisfacer por lo menos una y normalmente más de sus necesidades básicas mientras que los servicios básicos no son garantizados en la mayoría de lugares del mundo mayoritario.

Además, la violencia se ha vuelto una ocurrencia diaria para un gran porcentaje de mujeres del Sur. Hasta las estadísticas más conservadoras sugieren que más de la tercera parte de mujeres en ciertos lugares del Sur, incluyendo América Latina, son víctimas de violencia intrafamiliar y abuso sexual. Mientras que la cantidad de víctimas de lesiones y mortales como resultado de conflictos armados en el Medio Oriente y partes de África, y la tasa de femicidio en ciertas partes de América Latina han alcanzado niveles de epidemia.

Irónicamente la insistencia de gobiernos del Norte sobre la formalización legislativa de derechos políticos en naciones del Sur, en muchos casos, ha apurado de manera artificial y hasta contraproducente procesos de liberación social incluyendo procesos del empoderamiento de la mujer. Simultáneamente, la realidad social y la situación de derechos humanos y económicos en estos mismos países han seguido empeorando producto de la imposición de políticas neo liberales de libre mercado por instituciones internacionales que son dominadas por naciones del Norte.

Incluso, hay un sentido en que los procesos artificiales por los cuales derechos políticos y legislación social han sido logrados en muchas naciones del Sur han venido hasta a impedir el desarrollo social, específicamente en términos de la liberación de la mujer. Si, por ejemplo, la conquista del voto femenino no es el resultado de una lucha feminista orgánica, como es el caso en muchas naciones del Sur, muchos elementos que contrae ese tipo de lucha, incluyendo el proceso de sensibilización social masiva, simplemente nunca existen.

En su artículo Muerte al Patriarcado - pero de veras el periodista Jorge Capellán y la activista por los derechos de la mujer María Söderqvist se ocupan de la tendencia hacía una división problemática Norte-Sur entre el movimiento internacional de mujeres. Algo, argumentan, que se ha convertido en una tendencia hacía la "infantilización" de mujeres del Sur por sus hermanas del norte - una tendencia muchas veces exacerbada por el uso inadecuado del término "machismo" en las culturas del Norte:

"Machismo" ... significa simplemente: Patriarcado del tipo existente en el tercer mundo, sobre todo en Latinoamérica. Este concepto es muy cómodo para aquellos que no quieren ver al patriarcado como un fenómeno global [porque] hace posible dejar de hablar de un sistema mundial de sometimiento de las mujeres y en lugar de ello desplaza la opresión de las mujeres a ciertos países remotos de la denominada "periferia".

Según Capellán y Söderqvist, esta manera de entender y referirse al machismo facilita el encubrimiento del crucial papel histórico y actual que la intervención de naciones poderosas en los países del Sur ha tenido en la creación y sostenimiento de algunos de los aspectos más devastadores del machismo con respecto a los derechos de la mujer.

Al final de su artículo los autores argumentan que esta "ideología sobre el machismo contribuye a la infantilización de la lucha por los derechos de las mujeres" dado su lógica de que "la mujer del tercer mundo se convierte en una mera víctima pasiva de patriarcas locales" - víctimas en busca de salvación:

[Según esta lógica] la mujer de velo, que fuma y que con el puño cerrado grita "¡Muerte a Israel!" en una manifestación en Palestina, no está haciendo valer... su derecho a participar en la lucha política contra una ocupación que amenaza su existencia y la de sus hijos, sino que simplemente se convierte en una víctima del Islam. La mujer campesina que grita "¡Viva Daniel Ortega!" en una manifestación en Nicaragua no está celebrando que por primera vez en su vida ha recibido tierra, crédito, asistencia médica y educación, sino que se ha sufrido "un lavado de cerebro de la dictadura de Ortega."

De hecho, en lo que concierne al caso específico del gobierno del FSLN en Nicaragua, es interesante notar que la gran mayoría de las organizaciones de mujeres del Norte no han querido reconocer el avance muy grande en términos de los derechos de la mujer desde que asumió el poder el Presidente Ortega. Un resumen de estos avances fue incluido por la Comisión Especial de la Mujer y la Lucha Contra la Pobreza en su reportaje De la retórica a la práctica - mujeres lideran la lucha contra la pobreza en Nicaragua donde se enlaza la política de género del FSLN con los 12 puntos claves de la Declaración de Beijing del año 1995.

Además de los ya reconocidos programas gubernamentales "Hambre Cero" y "Usura Cero," los cuales benefician exclusivamente a mujeres y han proporcionado las herramientas necesarias para producir comida (mujeres rurales) o para poner un pequeño negocio (mujeres urbanas) a más de 120,000 mujeres, en tan solo tres años el gobierno también ha:

  • construido y rehabilitado infraestructura posibilitando el cuido diurno y de calidad de más de 90,000 niños de madres solteras y trabajadoras de manera casi gratuita
  • entregado más de 50,000 títulos de propiedad para familias empobrecidas quienes estaban viviendo en la zozobra respecto a sus propiedades
  • reducido la taza de analfabetismo de casi 30% a menos de 5%
  • aumentado significativamente el número de niñas y niños de familias de escasos recursos que se matriculan y se mantengan en la escuela reduciendo a 6% la taza de deserción escolar (un récord histórico). Esto ha sido posible, entre otras cosas, gracias a la introducción del programa de merienda escolar que beneficia la totalidad de la matrícula de primaria
  • transformado y modernizado el currículo nacional para educación primaria y secundaria incluyendo la implementación de temas transversales como equidad de género y el cuido del medio ambiento
  • incrementado en un 122% la cantidad de medicinas despachado dentro del sistema público de salud
  • incrementado en un 68% las consultas realizadas dentro del sistema público de salud
  • reducido en un 25.6% la taza de mortalidad materna
  • reducido en un 17% la taza de mortalidad neonatal
Además, como parte de su compromiso con los derechos de la mujer, el FSLN ha creado una Secretaría de la Mujer dentro de sus estructuras partidarias. Esta secretaría consiste en un marco de representantas a nivel comunitario, municipal, departamental y nacional, cuyo objetivo específico es garantizar el 50% de representación femenina

El primer ejemplo concreto de la efectividad de la Secretaría de la Mujer fue que el 50% de los candidatos presentados por el FSLN para las elecciones municipales del 2008 eran mujeres. Es interesante notar que de las 34 diputadas y suplementarias femeninas
dentro de todas las estructuras del partido y todas las instituciones controladas por el ejecutivo. en la Asamblea Nacional (la entidad legislativa de Nicaragua) el 90% son representantas del FSLN.

Estos avances extraordinarios para la mujer nicaragüense han sido completamente ignorados por la mayoría de las organizaciones feministas y las organizaciones en pro de los derechos humanos y de la mujer en el Norte. Sin embargo, las mismas organizaciones han enfatizado en gran escala la prohibición del aborto terapéutico en Nicaragua. En mismo este énfasis es más que justificable, pero el hecho de que omiten consistentemente detalles de todos los otros elementos de la política de género del FSLN reduce drásticamente la autoridad moral con que estas organizaciones condenan al gobierno de Nicaragua:

  • Human Rights Watch (Observatorio de Derechos Humanos), que se describe como "una de las más destacadas organizaciones del mundo dedicada a la defensa y la protección de los derechos humanos," comentó en 2008 que "hasta hace poco, las mujeres de Nicaragua tenía algo que celebrar durante ... el Día Internacional de la Mujer. ... Pero hoy en día, en lugar de avanzar [las] protecciones que tanto costaron lograr, el gobierno de Daniel Ortega está usurpando las meras leyes que contemplan esas protecciones."
  • En una carta pública dirigida a Daniel Ortega sobre el tema del aborto terapéutico, Radical Women (Mujeres Radicales), que se describe como "una organización socialista y feminista," escribió "Señor Ortega, [en los 80s] Usted participó en una de las revoluciones de justicia social y económica más inspiradoras del hemisferio. Hoy en día su gobierno es responsable por el revés de los logros de la revolución del pueblo de Nicaragua." Esta carta pública la emitió Radical Women después de que el Movimiento Autónomo de Mujeres (que forma parte integral de la alianza política opositora MRS) pidiera apoyo a nivel internacional ya que se describieron como perseguidas políticas.
  • AWID, la Asociación para los Derechos de la Mujer en el Desarrollo, que se describe como "una organización internacional, multi-generacional, feminista, creativa, de membresía orientada hacía el futuro comprometida con la equidad de género, desarrollo sostenible y los derechos humanos de las mujeres," publicó argumentos similares a los de Human Rights Watch y Radical Women en un artículo titulado El gobierno desata una guerra contra los derechos de la mujer en Nicaragua
  • The Women's Justice Center (el Centro de Justicia para las Mujeres), una organización ubicada en California, y Womansphere, una fuente de noticias de género ubicada en Londres eran dos de las muchas organizaciones feministas y pro mujer en los E.E.U.U y Europa que publicaron un artículo derogatorio sobre Ortega y su esposa Rosario Murillo titulada "Ortega Vs. las Feministas."

De hecho si se introduce las palabras "Daniel Ortega" y "derechos de la mujer" en el programa de búsqueda, Google, se vuelve evidente que, entre los círculos de feministas en el Norte, Ortega y su gobierno son considerados como "anti-feminista." Se da cuenta de que es prácticamente imposible encontrar información en inglés sobre todas las diferentes maneras en que el gobierno de Ortega ha facilitado la restitución de derechos de la mujer, derechos que la legislación contemplaba, pero pocas veces eran accesibles.

Cuando se trata de entender los motivos por los cuales las organizaciones pro mujer en el Norte no han podido, o no han querido reconocer los logros sociales en Nicaragua, es imposible ignorar el papel de los medios corporativos masivos en términos de crear y dispersar mis-información sobre la política de género del gobierno FSLN (¡y sobre casi todos los otros aspectos del gobierno nicaragüense!).

Sin embargo, al mismo tiempo es difícil creer que activistas y otros progresistas en el Norte no hubieran podido acceder información sobre todos los programas exitosos del gobierno si hubieran querido. Entonces, es posible pensar, por lo menos en lo que concierne Nicaragua, que Capellan y Söderqvist tienen razón cuando identifican una tendencia de que las organizaciones de mujeres en el Norte "impongan su propio agenda sobre las mujeres del resto del mundo."

Como se mencionó anteriormente, el principal motivo detrás de la oposición al gobierno del FSLN de parte de organizaciones pro mujer en el Norte es la legislación que prohíbe la práctica del aborto terapéutico, legislación que se aprobó con los votos de los tres principales partidos políticos (FSLN, PLC y ALN) en Octubre del 2006.

Cuando se analiza las diferentes maneras de pensar sobre este tema, vale la pena acordarse que el movimiento de mujeres en el Norte está en una posición logísticamente fuerte como para esperar conquistar avances significativos en términos del derecho a un aborto. Se debe hacer conciencia del hecho de que, en el Norte, existe una larga historia de debate público sobre estos temas además de que las Iglesias en el Norte intervengan relativamente poco en decisiones políticas de esta naturaleza.

En países como Nicaragua la situación es muy distinta. Mientras que sí existe una lucha en pro del derecho al aborto terapéutico y no terapéutico - una lucha que debe ser apoyada - la correlación de fuerzas sociales, políticas, económicas y religiosas es tal que, hasta la fecha, no ha sido posible hacer ningún avance sobre este tema.

Uno de los factores más importantes en este caso es el actitud cultural que domina sobre el aborto. Una encuesta realizada en el 2007 encontró que 58.5% de los nicaragüenses no creen que un aborto debe ser facilitado aun si el embarazo pone en peligro la vida de la madre. Como parte de la misma encuesta, 68.7% dijeron no creer que in aborto debería ser permitido aun si el embarazo es el resultado de una violación.

Estas estadísticas demuestran hasta que grado pueden diferenciar las culturas. Las personas que se sienten suficientemente comprometidas con la lucha por los derechos de la mujer en Nicaragua como para tratar de influenciar la actual mentalidad cultural sobre este tema deberían ser conscientes del hecho de que, para ser sostenibles y duraderos, procesos de transformación social progresiva necesariamente evolucionan desde y con las creencias culturales, las necesidades espirituales y las experiencias cotidianas de la misma sociedad.

Indudablemente, uno de los obstáculos más grandes en el camino hacía una actitud cultural más positiva sobre la mujer y los derechos de la mujer en América Latina es la insistencia de los medios corporativos masivos de divulgar casi permanentemente programación violenta y degradante - programación que, cuando no está normalizando la violencia, sirve para reforzar las ideas Católicas más conservadoras sobre la sociedad.

Desde tele-novelas mexicanas y colombianas y películas de guerra y acción de los E.E.U.U hasta cobertura noticiosa de estilo "nota-roja," los canales corporativos de televisor comunican, virtualmente sin cesar, mensajes subliminales degradantes sobre la mujer y el resto de la sociedad.

A pesar de esta realidad, hasta la fecha, los intentos de gobiernos progresistas de América Latina de obligar a los medios de actuar con más responsabilidad social han sido fuertemente condenados por los gobiernos del Norte, los medios corporativos internacionales y un número de ONGs del Norte quienes argumentan una falta de respeto a libertad de expresión. Un ejemplo clásico ha sido el caso del canal venezolano RCTV.

Después de que el canal ignoró varias solicitudes y advertencias gubernamentales a cerca de las violaciones constantes que cometía en contra de legislación nacional sobre horarios de programación y la veracidad de fuentes utilizadas para reportajes noticiosos, el gobierno de Hugo Chávez decidió no renovar la licencia pública de RCTV. Entre otras anomalías RCTV estaba divulgando pornografía durante el día.

La cancelación de la licencia de RCTV fue condenado por gobiernos, ONGs y otras instituciones en toda Europa y E.E.U.U., sin embargo los detalles detrás del caso no fueron discutido por esas mismas instituciones.

En términos de confrontar el preocupante incremento en femicidio y feminicido, un fenómeno particularmente presente en México, Guatemala, El Salvador y Honduras, la implementación efectiva de reglas mucho más estrictos para los medios de comunicación sería un primer paso enormemente positivo.

Como explica la psicóloga, Mónica Zalaquett (Directora del Centro de Prevención de Violencia en Nicaragua), durante una entrevista con el periodista Giorgio Trucchi, un factor muy importante en el incremento de violencia intrafamiliar y femicidio en la región es la alta taza de des- y subempleo de hombres durante años recientes y el simultaneo incremento en empleo de mujeres (dos fenómenos directamente vinculados a políticas económicas neoliberales). Incluso Zalaquett identifica el resultado de estos y otros factores como una verdadera crisis en el sistema cultural del machismo:

Cuando a un hombre se le quita poder, se le está quitando una parte de su propia identidad masculina, que está asociada indisolublemente al trabajo y al rol de proveedor. A la vez este rol se está trasladando paulatinamente a la mujer de forma pública. .. Es decir, hemos forzado un cambio en la relación de poder tradicional, pero en el ámbito familiar la mujer sigue totalmente desprotegida, atrapada en tierra de nadie, donde impera la impunidad y la dictadura familiar.

... La pérdida del poder adquisitivo masculino es el detonante de la violencia, [violencia que] está sirviendo para restituir el poder que el hombre siente amenazado cuando pierde el poder económico... Hemos masculinizado a la mujer sin feminizar al hombre.

Zalaquett concluye enfatizando la importancia de un enfoque educacional, cambio radical en los medios de comunicación y la inclusión de los hombres en cualquier estrategia para resolver la situación preocupante de violencia intrafamiliar y femicidio.

Desde la realidad agobiante de la pobreza extrema y la penitencia de la rutina diaria de violencia y peligro hasta la opresión social y moral de grupos reaccionarios religiosos, económicos, políticos y sociales, mujeres del Sur enfrentan grandes obstáculos en el camino hacía la realización de sus derechos aun cuando la legislación de su país contempla esos derechos.

Sin embargo, esto no es una excusa para que organizaciones progresistas del Norte las consideren como víctimas, ni para que usen su propio poder e influencia para promover información incompleta o falsa sobre gobiernos y organizaciones que promueven una agenda pro mujer a nivel de base.

Los resultados concretos del compromiso del FSLN con el empoderamiento de la mujer son excepcionales y sin embargo, al mismo tiempo, considerando la cruda y deprimente realidad, efectivamente constituyen apenas el avance más pequeño en términos de realmente superar la situación desesperante que enfrentan las mujeres nicaragüenses.

Las organizaciones feministas y pro mujer del Norte deben revisar su actitud sobre el gobierno del FSLN además de revisar con más cuidado los efectos del pasado colonialista y el presente neocolonialista de sus países antes de atacar gobiernos de izquierda y socialistas del Sur.

En Nicaragua el compromiso con y priorización del empoderamiento de la mujer dentro de la lucha general para superar la eterna in-equidad social existente liderado por el FSLN, es resultado de la misma lógica que utilizaron Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo cuando definieron la lucha de género como parte íntegra de la lucha de clase.