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Che y la solidaridad cubana en Africa

Colectivo Tortilla con Sal, 30 de mayo 2017

Lo más original y radical de la revolución cubana ha sido su incondicional solidaridad humana y revolucionaria. En el campo de las relaciones internacionales ha sido el reconocimiento internacional de ese compromiso que ha frustrado los intentos de los Estados Unidos y sus aliados a aislar Cubad el resto del mundo. Ahora es el gobierno de los Estados Unidos que se encuentra acorralado, cada vez más enredado en el laberinto de sus mentiras y fantasías. Fue obra de Fidel Castro y Che Guevara despejar los espacios y relaciones internacionales con que Fidel y la dirigencia cubana han desarrollado con éxito su extraordinaria política exterior hasta la presente.

Por ser tan audaz este compromiso con la solidaridad revolucionaria, es fácil subestimar las diversas continuidades históricas de que la Revolución Cubana ha sido un intermediario digno y tenaz, a pesar de casi 60 años del bloqueo económico estadounidense. De manera ejemplar, la vida y obra de Che Guevara expresan estas continuidades. Entre ellas, por motivo de la centralidad de la esclavitud en la herencia colonial en Cuba y el Caribe, su papel en el desarrollo de la solidaridad cubana en África ha resultado ser el más emblemático. La campaña del contingente cubano con Che en el Congo en 1965 fue el precursor de la Operación Carlota en defensa de Angola que logró derrotar el régimen racista de SudÁfrica y sus patrones occidentales.

Por ser tan complejo, el contexto de esa campaña de 1965 requiere un enfoque más amplio que el breve período entre el triunfo de la Revolución Cubana y el eventual martirio del Che en Bolivia en 1967. Se trata de un capítulo de suma importancia en la lucha de los pueblos del mundo mayoritario contra el despiadado dominio genocida y depredador de las elites occidentales. Es necesario recordar que las luchas anti-coloniales del período antes de la Segunda Guerra Mundial fueron sustituidos después por la imposición del neocolonialismo en África por medio de una descolonización permanentemente intervenida por los poderes imperialistas. Con matices diferentes, el mismo patrón de neocolonialismo se impuso en América Latina y el Caribe.

El contexto internacional

Inmediatamente antes de la Revolución Cubana en 1959, entre los principales acontecimientos internacionales de los cuatro años de 1953 al 1956 eran el golpe de estado en Irán contra Mohammed Mossadegh, la derrota por China de Estados Unidos y sus aliados en Corea, la guerra de independencia en Argelia, la derrota de Francia en Vietnam y la derrota de la agresión británica y francesa contra el Canal de Suez en Egipto. Fue la primera década de la llamada Guerra Fría de los Estados Unidos y sus aliados contra la Unión Soviética y la República Popular China.

La Guerra Fría impuso una nueva lógica neocolonial para remplazar la brutal, sádica, genocida represión colonial del período antes de la Segunda Guerra Mundial. En África, los poderes imperialistas cedieron la independencia política a sus antiguas colonias, pero de una manera que aseguraba su dominio económico, tecnológico, comercial y financiero. Hablando en Argelia en febrero de 1965, Che explicó:

La lucha contra el colonialismo ha alcanzado sus etapas finales pero en la era actual, el estatus colonial no es sino una consecuencia de la dominación imperialista. Mientras el imperialismo exista, por definición, ejercerá su dominación sobre otros países; esa dominación se llama hoy neocolonialismo.

El neocolonialismo se desarrolló primero en Suramérica, en todo un continente, y hoy empieza a hacerse notar con intensidad creciente en África y Asia. Su forma de penetración y desarrollo tiene características distintas; una, es la brutal que conocimos en el Congo. La fuerza bruta, sin consideraciones ni tapujos de ninguna especie, es su arma extrema. Hay otra más sutil: la penetración en los países que se liberan políticamente, la ligazón con las nacientes burguesías autóctonas, el desarrollo de una clase burguesa parasitaria y en estrecha alianza con los intereses metropolitanos apoyados en un cierto bienestar o desarrollo transitorio del nivel de vida de los pueblos”.

En ese discurso de febrero 1965, Che se enfocó en la importancia fundamental de la inversión y el comercio solidario para los pueblos empobrecidos por siglos de sub-desarrollo. Insistió en la importancia de una política de cooperación internacional solidaria y complementaria para salir del dominio de la economía mundial por los poderes imperialistas. Ahora los países de la Alianza Bolivariana con el liderazgo de Cuba y Venezuela están realizando esa visión de la cooperación solidaria promovido por Fidel Castro y Hugo Chávez que dilucidó Che Guevara en 1965.

Se lo ha logrado en un mundo globalizado muy diferente de la época de la Guerrra Fría y en condiciones mucho más adversas para cualquier proyecto socialista. La guerra actual contra Venezuela y todas las fuerzas progresistas de América Latina y el Caribe es otra continuidad histórica que demuestra que las elites occidentales siempre van a reaccionar con ferocidad contra las victorias de emancipación y liberación, igual que hacían en la década de los 1960s. En 2011, la destrucción de Libia y el golpe de estado en Costa Marfil, ambos por los antiguos poderes coloniales y con la activa complicidad de la ONU, demuestran que poco ha cambiado desde el golpe en 1961 contra el el primero primer ministro democraticamente elegido en el Congo, Patrice Lumumba.

El contexto africano

En el norte de África, Francia abandonó la guerra por Argelia en 1962. Ya Marruecos y Túnez habían ganado su independencia en 1956, Níger y Mauretania en 1960. Al fin de 1960 casi todo el oeste y la parte central de África se había independizado políticamente. En el este de África , Somalia se independizó en 1960 seguido en los próximos años por Rwanda, Burundi, Uganda, Zambia, Malawi Tanzania y Madagascar. En el sur de África solo Botswana logró su independencia, prensada entre los regímenes racistas de Rhodesia (ahora Zimbabwe) y SudÁfrica. Namibia, en efecto seguía siendo una provincia sudafricana. Portugal mantuvo su dominio colonial sobre Angola, Mozambique, Guinea-Bissau y las islas Cabo Verde.

Algunos de los dirigentes de los países nuevamente independientes declararon su intención de seguir una política de no alineamiento internacional. Entre ellos se destacaron Kwame Nkrumah de Ghana, Modibo Keita de Mali, Patrice Lumumba del antiguo Congo belga, Sekou Touré del antiguo Guinea francés, Ahmed Ben Bella de Argelia y Julius Nyerere de lo que llegó a ser Tanzania. Todos ellos compartieron la visión antiimperialista de dirigentes como Gamal Abdel Nasser de Egipto y el Presidente Sukarno de Indonesia. Apostaban por el no alineamiento de sus países a nivel internacional en un intento de apartarse de la Guerra Fria. Esta compleja historia formaba el contexto en que se desarrollaba la diplomacia internacional de la Revolución Cubana desde su triunfo el primero de enero 1959.

En junio del 1959, Che Guevara visitó al Presidente Gamal Abdel Nasser en Cairo. Las visitas de Che a Egipto entre 1959 y 1964 también facilitaban el desarrollo de la histórica política cubana de solidaridad con Palestina. Durante la visita de 1959, por casualidad Che se encontró con Abdallah Ibrahim, primer ministro del entonces gobierno de izquierda de Marruecos quien estuvo de visita oficial a Egipto. Por medio de Abdallah Ibrahim, Che se reunió con Abd el-Krim Khattabi líder de la revolución del Rif contra España en los Marruecos entre 1921 y 1926. Khattabi vivía en Cairo en exilio. Autor de la histórica derrota del ejército español en la batalla de Annual, Abd el-Krim Khattabi defendió su pueblo contra un ejército combinado de Francia y España de 250,000 efectivos en una guerra de guerrillas que sufrió el bombardeo aéreo de las fuerzas imperialistas contra civiles indefensos, incluso con armas químicas.

Esta política de guerra total contra civiles fue aplicada igualmente en la misma época por los británicos en Irak, los yanquis en Nicaragua y los italianos en Libia y Etiopía. Che se dio cuenta de la guerra de Abd el-Krim Khattabi por medio del ex-general español Alberto Bayo quien, como explica Fidel en el libro “Cien Horas con Fidel” de Ignacio Ramonet, dio clases de táctica a los cubanos en México. Bayo consideraba al Che “su mejor alumno” y en sus clases enseñó “de cómo debe actuar una guerrilla para romper un cerco, a partir de las veces que los marroquíes de Abdelkrim, en la guerra del Rif, rompieron los cercos españoles”. El encuentro de Che con Abd el-Krim Khattabi es otra muestra de como la Revolución Cubana ejemplifica las continuidades históricas de las luchas por la liberación de los pueblos.

Las relaciones establecidas por Che Guevara y la diplomacia cubana en estos años persisten en la presente. En 1963, la economía de Argelia apenas se había recuperado de la devastadora guerra de independencia contra Francia que había terminado el año anterior. Aprovechando su momento, en septiembre del 1963, alentado por el gobierno de Estados Unidos, el Rey Hassan de Marruecos mandó su ejército a atacar a Argelia en base a un reclamo territorial. Mientras Francia y Estados Unidos apoyaban a Marruecos, Egipto ayudó a Argelia con su fuerza aérea y Cuba envió apoyo militar en la forma de 22 tanques con sus tripulaciones más un battallón de infantería.

Como lo recordó el presidente argelino de aquel entonces, Ben Bella, el apoyo militar cubano llegó en un barco con un cargamento de azúcar y con una declaración de solidaridad escrito con evidente apuro por Raul Castro en la pagina de un cuaderno. La ayuda solidaria de Egipto y Cuba impidió una significante pérdida de territorio para Argelia El conflicto fue resuelto con un alto el fuego negociado por la Organización para la Unidad Africana. y luego la firma de un tratado de paz en febrero 1964. Desde ese conflicto, Cuba ha mantenido una politica de apoyo solidario a las fuerzas de lo que ahora es la República Árabe Saharaui Democrática que reclama la independencia de su territorio todavía ocupado por Marruecos.

El Congo y su significado mundial

En 1964 durante su visita a la Naciones Unidas en Nueva York, el Che se comunicó con el activista afrodescendiente radical Malcolm X, aunque no les fue posible reunirse en persona. Ambos Malcolm X y el Che Guevara se vieron muy afectados por el martirio de Patrice Lumumba en 1961, dirigente socialista congolés, y lo identificaron como un momento clave para la unidad y solidaridad antiimperialista. En su intervención en la ONU, el Che dijo a los gobiernos del mundo:

Una vez más elevamos nuestra voz para alertar al mundo sobre lo que está ocurriendo en Sur Africa; la brutal política del «Apartheid» se aplica ante los ojos de las naciones del mundo. Los pueblos de Africa se ven obligados a soportar que en ese continente todavía se oficialice la superioridad de una raza sobre otra, que se asesine impunemente en nombre de esa superioridad racial. ¿Las Naciones Unidas no harán nada para impedirlo?

Quería referirme específicamente al doloroso caso del Congo, único en la historia del mundo moderno, que muestra cómo se pueden burlar con la más absoluta impunidad, con el cinismo más insolente, el derecho de los pueblos. Las ingentes riquezas que tiene el Congo y que las naciones imperialistas quieren mantener bajo su control son los motivos directos de todo esto.

En la intervención que hubiera de hacer, a raíz de su primera visita a las Naciones Unidas, el compañero Fidel Castro advertía que todo el problema de la coexistencia entre las naciones se reducía al problema de la apropiación indebida de riquezas ajenas, y hacía la advocación siguiente: «cese la filosofía del despojo y cesará la filosofía de la guerra.»

Pero la filosofía del despojo no sólo no ha cesado, sino que se mantiene más fuerte que nunca y, por eso, los mismos que utilizaron el nombre de las Naciones Unidas para perpetrar el asesinato de Lumumba, hoy, en nombre de la defensa de la raza blanca, asesinan a millares de congoleños.

No sé si lo utilizaron, los que dicen ( y pueden decir una verdad) que lo mató Tshombe no añaden que éste lo hizo usando el nombre de la ONU, pues Tshombe era enemigo de ésta. Buscaban su muerte EEUU y Bélgica y algunos congoleños ávidos de poder, pero al asesinato lo cometieron soldados belgas y congoleños probablemente.

¿Cómo es posible que olvidemos la forma en que fue traicionada la esperanza que Patricio Lumumba puso en las Naciones Unidas? ¿Cómo es posible que olvidemos los rejuegos y maniobras que sucedieron a la ocupación de ese país por las tropas de las Naciones Unidas, bajo cuyos auspicios actuaron impunemente los asesinos del gran patriota africano?

¿Cómo podremos olvidar, Señores Delegados, que quien desacató la autoridad de las Naciones Unidas en el Congo, y no precisamente por razones patrióticas, sino en virtud de pugnas entre imperialistas, fue Moise Tshombe, que inició la secesión de Katanga con el apoyo belga?

¿Y cómo justificar, cómo explicar que, al final de toda la acción de las Naciones Unidas, Tshombe, desalojado de Katanga, regrese dueño y señor del Congo? ¿Quién podría negar el triste papel que los imperialistas obligaron a jugar a la Organización de Naciones Unidas?

En resumen se hicieron aparatosas movilizaciones para evitar la escisión de Katanga, y hoy Katanga está en el poder, las riquezas del Congo en manos imperialistas... y los gastos deben pagarlos las naciones dignas. ¡Qué buen negocio hacen los mercaderes de la guerra!”

Como explicó el Che en la ONU, los antecedentes inmediatos de la campaña cubana en el Congo eran la rebelión secesionista de Moise Tshombe con el apoyo del gobierno belga y sus aliados europeos junto con el gobierno estadounidense que promovieron el derrocamiento y asesinato de Patrice Lumumba en 1961 y la toma del poder por Tshombe en julio 1964. En respuesta a esta brutal intervención de los países occidentales, Argelia y Egipto llamaron por el apoyo internacional a las fuerzas que luchaban contra Tshombe y sus amos imperialistas. Junto con varios países africanos, Cuba respondió.

Los gobiernos progresistas en África

Es importante entender el escenario continental de África en ese momento histórico. Argelia acababa de ganar su independencia después de forzar a Francia a negociar la paz con un terrible costo en vidas humanas y destrucción material. Varios países árabes, principalmente Egipto, Siria e Iraq estaban consolidando su estatus como repúblicas seculares. En Libia todavía no se había logrado la revolución del Coronel Muammar al Gaddhafi. En el oeste África, solamente los gobiernos de las antiguas colonias europeas de Guinea, Mali y Ghana promovieron una visión anti-imperialista de la solidaridad entre los pueblos, y en el este de África, solo Julius Nyerere de Tanzania.

Después de una breve visita a Mali en diciembre 1964 donde se reunió con el gobierno del presidente socialista Modibo Keita, el Che visitaba a Ghana en enero 1965. Allí se reunió con Kwame Nkrumah para hablar de la situación internacional con referencia especial al Congo. Esa reunión reforzaba la relación de Cuba con Ghana que Fidel había impulsado con el apoyo en su intervención en la ONU de 1960 a la propuesta de Nkrumah de hacer de África un continente libre de armas nucleares. Aparte de sus reuniones en Mali y Ghana, en enero 1965 Che también se reunió en Congo Brazzaville con Agostinho Neto, dirigente del Movimiento Popular por la Liberación de Angola y en Conakry, capital de antiguo Guinea francés, con Amilcar Cabral, dirigente del Partido Africano por la Independencia de Guinea portuguesa.

Más adelante, el apoyo de Cuba a las revoluciones de ambos países iba a ser decisivo. Las conversaciones del Che con todos estos líderes africanos contribuyeron en gran medida a formar la política de Cuba en África de manera que se enfocara en la ayuda técnica, médica y educativa, además del apoyo militar, tanto para estados independientes como para los movimientos de liberación en las colonias portuguesas y de los pueblos bajo regímenes racistas. Desde entonces todo el apoyo solidario militar y la cooperación por el desarrollo cubano en África, desde Angola hasta Etiopía, ha operado en base a estos principios establecidos por el trabajo sin descanso del Che y sus compañeras y compañeros de la diplomacia cubana de aquellos primeros años de la Revolución Cubana. El más reciente ejemplo ha sido el heroísmo con que las y los médicos cubanos ayudaron a los países africanos azotados por el peor brote del virus del Ébola en la historia entre 2014 y 2016.

Los gobiernos de Kwame Nkrumah y Julius Nyerere facilitaban el paso de efectivos de los dos grupos de cubanos que iban, uno al antiguo Congo belga, la República Democrática del Congo, y otro al antiguo Congo francés, Congo Brazzaville. Dentro del antiguo Congo belga, una fuerza cubana liderada por Victor Dreke, José Martinez Tamayo y el Che Guevara apoyaba las fuerzas congoleñas y ruandesas leales a los movimientos afines al asesinado dirigente congoleño Patrice Lumumba. En Congo Brazzaville, las fuerzas cubanas lideradas por Jorge Risquet apoyaban al gobierno progresista de Alphonse Massemba Debat en su defensa contra la agresión del régimen títere de Moíse Tshombe y sus mercenarios europeos y también entrenaban al Movimiento Popular por la Liberación de Angola .

La campaña en el Congo

Los acontecimientos de la campaña cubano en apoyo a la lucha revolucionaria en el Congo en 1965 son bien conocidos. A inicios de abril, un pequeño grupo de avanzada de combatientes cubanos llegó a Dar es Salaam, capital de Tanzania, independiente desde 1961 bajo el liderazgo de Julius Nyerere, un exponente destacado del socialismo antiimperialista africano. A medianos de abril un grupo de 14 cubanos incluyendo el Che cruzó el enorme Lago Tanganyika hacia el territorio congoleño y empezaron a preparar las condiciones para sus operaciones militares en el sureste del país.

Desde inicios de mayo empezaron a llegar otros combatientes cubanos hasta que formaron un grupo de alrededor de 120 efectivos. Sin embargo, las condiciones para su campaña guerrillera no eran favorables. Se trataba de un pequeño grupo de extranjeros que encontró dificultades para colaborar con una población muy influenciada por el legado tribal y supersticioso del pasado y con escasa conciencia y disciplina revolucionaria en el presente.

Su presencia no fue anunciada y no era esperada en el Congo, lo cual causó malestar entre los congoleños, que no se logró superar entre las dos partes. Un hecho fundamental fue que 70 años del colonialismo belga había legado una nación de 14 millones con menos de 20 graduados universitarios y apenas 200 bachilleres. Los dirigentes congoleños no se hacían presentes de manera consistente en el terreno y cuando lo hacían no se relacionaban bien con sus combatientes. Un contingente de ruandeses demostraban buenas calidades combativas pero tenían su propia agenda político-militar.

En cambio, el enemigo tenía todo el apoyo de los poderes imperiales europeos, estaban bien armados, con buen equipamiento y logística, adecuadas fuerzas aéreas y, además, sus fuerzas regulares estaban dirigidas por numerosos y experimentados oficiales y sub-oficiales mercenarios europeos bien remunerados. Posteriormente, tras apenas cuatro meses de desiguales combates, la situación política cambió radicalmente cuando se propuso un gobierno de coalición nacional para remplazar al gobierno del Primer Ministro Moíse Tshombe, responsable con las autoridades belgas del asesinato de Patrice Lumumba. Este cambio llevó a los dirigentes africanos socialistas, incluyendo Julius Nyerere, a moderar su apoyo a la lucha armada en el Congo. Los cubanos aceptaron esta nueva realidad y se retiraron.

Visto de esa manera, es evidente que en los escasos siete meses de la campaña el contingente cubano hizo más de lo que se habría pensado posible en condiciones tan adversas. No tiene sentido hablar en términos de éxito o fracaso sobre unos acontecimientos de un proceso dialéctico de avances y retrocesos en la lucha por la emancipación de los pueblos de África y de otros lugares del mundo del dominio de los poderes occidentales. Se debe reflexionar desde esta perspectiva sobre el desarrollo de las relaciones entre África y la Revolución Cubana en esa época y después.

Como lo expresó García Marquez “Aquel paso fugaz y anónimo del Che Guevara por el Africa dejó sembrada la semilla que nadie había de erradicar”. Es un error muy humano valorar como fracasos las experiencias decepcionantes que no producen los resultados esperados en su momento. No sabemos las futuras secuelas de nuestras acciones. Aún los momentos más decepcionantes de nuestras vidas valen cuando la voluntad que los motiva es pura, limpia de hipocresía y vanidad. La vida del Che Guevara es una prueba más de que las acciones de algunos individuos pueden desencadenar procesos o inspirar acciones que, un tiempo después, contribuyen marcadamente a los avances y las victorias tan anheladas de los pueblos y la humanidad.

Entonces se puede comprender que el Che Guevara, al reflexionar a solo unos pocos meses de los hechos, abra su relato de la campaña de lucha armada en el Congo con las palabras “Esta es la historia de un fracaso.” Pero una amplia mirada retrospectiva deja ver que al poner en práctica la solidaridad internacional en África desde otro continente, Fidel, el Che y la Revolución Cubana iniciaron un proceso de cooperación solidaria sin precedentes en la historia humana. Por primera vez en la historia una antigua colonia todavía bajo permanente asalto de los poderes imperialistas tuvo la visión y el coraje de ofrecer su solidaridad y unirse a la lucha de los pueblos en otro continente. Solamente ese hecho indica las dimensiones del desafío que asumieron el Che Guevara y sus camaradas en ese momento de profundo significado para la humanidad. Hacían realidad la permanente pesadilla de las élites occidentales: la unidad y la solidaridad entre los pueblos de sus antiguas colonias.

En 1987, veinte años después del asesinato del Che Guevara en Bolivia, Thomas Sankara, otro gigante africano del socialismo antiimperialista, le rindió homenaje:

Hoy queremos decir al mundo entero que para nosotros Che Guevara no está muerto, Porque dondequiera en el mundo que existe un lugar en que los hombres y mujeres luchan por más libertad, más dignidad, más justicia, más felicidad... queridos amigos, juntamos nuestra voz a las voces de todos y todas en el mundo quienes recuerdan que un día un hombre de nombre Che Guevara con todo la fe de su corazón, se puso al lado de otros hombres y mujeres y logró crear esa chispa de luz que tanto desafía a las fuerzas de ocupación del mundo… a Che Guevara le alcanzaron las balas imperialistas bajo el solo de Bolivia pero decimos que para nosotros Che Guevara no está muerto… En casi todo África él dio a conocer su boïna con su estrella... África, del norte al sur, recuerda al Che Guevara.