COLOMBIA : Terminada la “negociación”, continua la Solución Política

Alberto Pinzón Sánchez, Anncol, 18 de octubre 2016
http://anncol.eu/opinion/item/5381-alberto-pinzon-sanchez

Una de las características de los Fascismos es la creación de una “neo-lengua” o jerga de propaganda, que les permita manipular y dominar aún más a la masa Ignara.

Colombia no tiene porqué ser una excepción: el fascismo narco-para-militar y su intelectualidad sustentadora de la “guerra contrainsurgente geo estratégica” (tipo Alfredo Rangel et Al) siguiendo el libreto del nazi Göbbels de repetirlo mil veces hasta hacerlo verdad, lograron pervertir y manipular el pensamiento del general von Clausewitz sobre la contradicción dialéctica objetiva existente entre la Guerra y la Política, hasta convertirla en una extraña formulación de que la continuación de la guerra no era la política (como el general lo confirmó)  sino la “negociación”, que llevaría a un oasis o post conflicto,  donde la lucha de clases (como ya había sido “negociada”) se suspendería, suprimiría o en el menor de los casos se acabaría.

La Solución Política a la guerra contrainsurgente y geo-estratégica de Colombia, una vez confundida con la firma del acuerdo en Cartagena, le permitió (130 años después) a otro anasalado como Rafael Núñez decir: “la Farc han dejado de existir y con ellos, la Solución Política al conflicto colombiano”. Sin embargo, como dicen los mismos cartageneros, fue “una alegría de gallo capón”, pues seis días después del show cartagenero, la trampa que como tahúr había tendido para apabullar a su rival de fracción de clase AUV mediante un plebiscito innecesario e inexplicable, se volteó en su contra y lo atrapó.  

Uribe Vélez, con su buen olfato de roedor acorralado y oliéndose el queso envenenado, logró conformar una coalición ultra reaccionaria y ultramontana de poderes facticos, en donde ya no era solo los gamonales políticos narco-para-militares regionales y locales, ayudados por los “párrocos” de Iglesia romana como en los doscientos años anteriores, sino las mil y una iglesiaS o sectas bíblicas, más la cofradía del ex procurador Ordoñez, quienes utilizando todos los medios lícitos e ilícitos, legales e ilegales, lograron deshacer e incluso voltear la trampa tendida y maniatar a su diseñador.

Hay innumerables análisis críticos de lo sucedido el dos de octubre y mi intención no es hacer balances de algo tan obvio como estúpido, sino mirar hacia adelante. Como corresponde. Claro que teniendo siempre presente la HISTORIA (madre de todo conocimiento social) sobre cómo la “democracia genocida colombiana”, esa que el buen escritor peruano pero ignorantón de Vargas Llosa, desde el periódico que lo ensalza El País de España, llama sin conocer a fondo, una de las democracias más antiguas del continente.

Si en lugar de dar arrobadores y adjetivados consejos a los colombianos sobre la paz os dejo y os doy, Vargas Llosa hojeara una buena historia de Colombia, se daría cuenta que ese ideal democrático que él nos pondera ha sido construido por una de las oligarquías más crueles, sanguinarias y vendepatria o cipaya que haya conocido Nuestramérica (perfectamente descrita por el escritor colombiano William Ospina en su última columna periodística titulada “ellos”), cimentada  sobre millones de muertos desposeídos y explotados, y como resultado de aplastamientos de movimientos populares reivindicativos y feroces revanchas sociales o contra-revoluciones, adelantadas por alianzas de cúpulas bipartidistas y que, para nuestra desventura, se inició con el aplastamiento comunero del Socorro; siguió con la re-esclavización de los negros esclavos dirigida por FP Santander hasta  40 años más allá de la liberación decretada por el Libertador Simón Bolívar.

Entroncó con el aplastamiento de los artesanos y otras capas medias subalternas en lo que se conoce como la revuelta del medio siglo XIX; se continuó con la destrucción del radicalismo “socializante” en 1885 y el afianzamiento (durante un siglo hasta 1991) de la constitución clerical y autoritaria en 1886 escrita y promulgada por el “gangoso sátiro del cabrero”, como llamaba Vargas Vila a Rafael Núñez; “constitución democrática”, no para ángeles como la radical, sino para brutales gamonales militaristas triunfantes en la guerras civiles de montoneras y con la cual se logró el exterminio ya no solo de los radicales sino de los liberales a secas, en 1895 y en 1900.

Seguida por el gobierno de Caro y Sanclemente. La amputación de Panamá por EEUU. El “post conflicto” de la guerra de los mil días. El quinquenio de Reyes, la hegemonía conservadora de las masacres de las bananeras y de Barrancabermeja, hasta 1930. Y luego, la famosa hegemonía liberal de revancha con apoyo conservador hasta 1946. Las dictaduras falangistas conservadoras y anticomunistas de Ospina y Laureano, el asesinato internacional de J E Gaitán, el exterminio de los gaitanistas e izquierdistas y la colaboración de la cúpula liberal. El exterminio de los guerrilleros amnistiados. La dictadura anticomunista de Rojas Pinilla. Los bombardeos en Tolima y Sumapaz con bombas de napalm made in USA y campos de concentración. El pacto liberal conservador de Sitges. El Frente Nacional anticomunista. La agresión a las repúblicas comunistas de Marquetalia que contaba con 48 campesinos, y, el comienzo de la actual guerra contrainsurgente y geoestratégica prolongada “durante medio siglo y pico por esa meritoria democracia” que atrae a Vargas Llosa, y que finalmente Obama ha calificado de “guerra innecesaria”, ante el reto militar anti hegemónico de la Rusia de Putin en el cercano Oriente.

Precisamente, cumplir esa orden Imperial de Obama, y CÓMO HACERLO: si con garrote (Uribe Vélez) o con la zanahoria de la “negociación (Santos) fue lo que enfrentó a muerte a los dos antiguos aliados gobernantes y amenazó fracturar seriamente el Bloque de Poder Contrainsurgente BPCi, construido desde 1960 con la tutoría del general Yarborough y de todo el gobierno de los EEUU. Fractura que Santos “planeó” resolver y recomponer recurriendo al método democrático electoral del plebiscito. Esto, es lo que ha salido mal, trastocando el famoso “Plan A sin Plan B” del Santismo.  

Hoy después del plebiscito del dos de octubre estamos como al principio: ¿Cómo cumplir la orden del presidente Obama para salir de esa “guerra innecesaria”?

Y aunque los contrainsurgentes no lo crean, las cosas se mueven. Hay varios hechos que indican que la “negociación” o firma del Acuerdo de Cartagena no era (como lo pensaron y difundieron) igual a la Solución Política:

Que este es un concepto mucho más dinámico, complejo y estratégico que va más allá de un acuerdo o pacto como el alcanzado entre el Estado Colombiano (con todos sus plenipotenciarios) y la dirigencia de las FARC-EP y legitimado por la Comunidad Internacional.

Tres hechos sociales básicos sucedidos estos últimos días determinarán los acontecimientos futuros: 1- El Pacto de Unidad Nacional que, siguiendo la centenaria tradición de la oligarquía colombiana descrita, realizaron este 10 de octubre, 380 “empresarios” rurales y urbanos, financieros y agro-industriales, quienes, anteponiendo sus intereses cotidianos, decidieron convocar a una gran unidad de clase ante la frágil y quebradiza situación social generada por los resultados del Plebiscito.

2- Las masivas movilizaciones cívicas y populares en la mayoría de ciudades de Colombia en defensa del Acuerdo de Cartagena y su inmediata implementación, anuncio contundente del surgimiento de un sujeto social consiente y empoderado en la actual coyuntura post plebiscito, que desde ya empieza a gestar un Gran Paro Cívico Por la Paz y la realización de una Constituyente amplia popular y democrática con la cual se concluirá el largo proceso constituyente del Pueblo que vive de su trabajo.    

 3- El ingreso pleno de la insurgencia del ELN al proceso de Solución Política del conflicto colombiano, anunciado el 11 de octubre con la apertura de la fase pública de los diálogos de paz a realizar en Quito el 27 de octubre próximo, que sin ninguna duda, reforzará de manera contundente la movilización cívica y popular en defensa del acuerdo de Cartagena y por la Solución Política de la guerra contrainsurgente y geo estratégica y la paz en Colombia y en toda la región para hacer realidad la consigna generalizada de Paz con Justicia Social, Democracia y Soberanía.

El Presidente Santos, está pues en el filo de la navaja; fluctuando hacía cual lado se desliza, si hacia su antiguo socio del bloque de poder dominante y lo recompone para recomenzar otro ciclo de guerra contrainsurgente que desde ya decimos será inútil.

O si haciendo honor al premio nobel que le ha sido otorgado, se desliza a una confluencia táctica con la Izquierda y las FARC-EP, para implementar el Acuerdo de Cartagena legitimado ya en todas las instancias posibles y, saca a la sociedad colombiana de la descomposición en la que se halla sumida “desde hace más de medio siglo y pico”

Es decir, la contradicción esencial que dinamizará la actual coyuntura colombiana, finalmente ha quedado descarnada: Bloque de Poder Oligárquico Recompuesto con el Santo Uribismo, o, Bloque Cívico Popular Unitario, movilizado, abriéndole paso a la Solución Política a la guerra contrainsurgente y geo estratégica en Colombia